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290 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA puesto que (le tanto en tanto separan puntas de vacas y novillas, para este fin y el de tener leche. Ya queda dicho que el pueblo está situa- do en la ribera oriental, pero que es a la del Caño Real que forma el cauce del río partido en un poderoso brazo y por ésto viene a evitar el hato principal donde hay buenos pastos, y una pequeña casa con aposento separado para que se recobre el Procurador cuando va a la hacienda; la distancia es alguna pues se necesita de un día largo para volver de ella al pueblo. Entre año está al cuidado de un mulato esclavo de los Padres con otros vaqueros indios que vienen a misa el día de fiesta, y aunque no he visto las repuntas del ganado estoy • informado llegan a dos mil reses cuyas utilidades son del fondo de Misión. Los indios que por gusto y utilidad apetecen los montes para sus sementeras, tienen que salir a distancia de dos días a buscarlos, unos aguas arriba de Orinoco, y otros abajo, los primeros pasan del Raudal de Carichana, y los segundos lyajan de Marimaro, en cuyo espacio hay una playa nombrada Pallarainla, y desembarcados se in- teman a más de dos leguas, cosa insufrible y de una incomodidad no- table, pues para congregarse el Domingo al pueblo, es preciso empe- zar a caminar el Viernes. De suerte que en ir y venir gastan lo me- nos de tres a cuatro días, y de esto resultan los innumerables perjui- cios que dejé anotados en el pueblo de Cobruta. La Nación Saliva de que se compone este pueblo, aunque entre el común de los Indios de otras naciones es temida por hechicera, es dócil en grado superior, constante, devota y pacífica, y una de las que con más amor abrazaron desde los principios el Evangelio. Sim em- bargo de haber ella sufrido por esto las hostilidades (le los Caribes en los años de 1684, 1733 y 1735, como dejo dicho en el Capitulo 49, fijé numerosa en sus principios, y aunque hay muchos en las Misiones del Meta, se reconoce su decadencia, y lo que vá declinando a este- nl en las orillas de Orinoco. Las otras bárbaras en que pueden los Padres actuar la conversión de infieles están más inmediatas a los pueblos de San Borja y Raudal, son los Piaroas, Maypures y Guay- punairoS y otras como se verá. San Borja. El año de 1738 fundó este pueblo en lo propia ribera occiden- tal, el Padre Francisco del Olmo con el solo nombre de San Borja que conserva, como también el de la nación Yaruros, de que se com- puso como se reconoce del número 17 del estado 3'; lo que dista de Carichana es un día como se ha dicho, y subiendo aguas arriba al pue- blo del Raudal, dos escasos en tiempo de verano, y en invierno según Ja fuerza de los reinos y corrientes, pero en todo tiempo trabajosa la navegación por tener que superar el raudalito (le los Atures y muchas piedras, para llegar al Baradcro, o al puerto del pueblo. Su situación

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