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280 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA muertas, y no del caso de las resoluciones, y así se ve con gran per- juicio, que la más remota conviene mejor a la libertad de los vecinos. En el Capítulo 69 se deja comprender que el comercio activo y pasivo de los pueblos de Orinoco, tiene sus esenciales evoluciones dentro de la Procuraduría de los Padres; con todo, este pueblo goza algún privilegio por tener el paso franco a los Llanos dichos, como a los de Barinas, por el río Apure. Esta navegación que da la comuni- cación a Barinas y Maracaibo, está prohibida (según me han dicho) por el Virrey de Santa Fé, respecto a los grandes desórdenes que li- cenciosamente permitidos en Guayana, internaban los extranjeros para sacar los frutos de estas Provincias; no obstante suben y bajan los ex- tranjeros, y algunos individuos de Cabruta que traen tabaco y algún cacao, cuya contravención no está mal a los Padres y aquellos pobres vecinos que se proveen (le estas especies, con las cuales hacen su pe- queño comercio, vendiendo en el pueblo por menor a los soldados y demás vecinos, y haciendo subir a otros más distantes. Los frutos en que se verifica el comercio a más de aquello, es alguna miel de caña, papelón, cacao y aguardiente de caña, que traen de Orituco, aunque todo con la limitación que se deja entender de la desdicha de aquellos vecinos de casta que lo practican. Los españoles que componen las tres familias tienen sus hatos de ganado mayor, que todos harán mil reses, sin incluirse otras mil propias del Padre o Iglesia de aquel pueblo, como expliqué en su lu- gar. De estos fundos, se beneficia el queso y la carne, que uno y otro corren hasta Caracas, de donde con su ganancia se proveen de lo nece- sario. Ya se ha dicho de la cortedad del Territorio de Cabruta, y por esto algún vecino ha pasado su ganado a la ribera oriental, donde son mejores y más abundantes los pastos, y el terreno según estoy in- formado, admirable por su elevación y aguas, pero como allí quedan sin límites ni rodeos no se han resuelto todos a ejecutar lo mismo, interfn no sean mejores las apariencias de conservar su caudal. So- bre este asunto me tiene dicho el Padre Superior Roque Lubian, está tratando de fundar en la dicha ribera alguna población con esperan- zas de muchas creces al público, soy de este dictamen si se encuen- tran las difíciles proporciones entre aquel público y los Padres y no escuso dar aquí semejante noticia. Siguiendo el comercio de este pueblo es uno sus mayores ren- glones el aguardiente extranjero que viene de Guayana y las demás especies y herramientas, avalorios, lienzos y angaripolas que salen a mejor precio que en Caracas, y de este se proveen aquellos vecinos, según su posible para comerciar con los Indios. Las entradas de estas especies son en tiempo de verano o brisas que suben los extran- jeros el Orinoco, como también a Santa Fé, el Maestre de Plata y otros vecinos de Guayana, con motivo de hacer la cosecha de manteca de tortuga y entonces a quel comandante y contador, no se descuidan

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