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MISION DE LOS PP. JESUITAS.—CAPITULO V 279 de los vientos, que está en una ensenada o recodo que forma el río en el Golfo que hace. La entrada de este es estrecha y se compone de los Bajos que llaman de Caicara los cuales son dos grandes tambores de peña pelada que dan paso en el intervalo (le los mayores quedando en ambas orillas varios otros peñascos, tinos ahogados y otros en la superficie de las aguas; en tiempo de invierno (que no vi) dicen que- (la desfigurado, y que entonces ofrecen las aguas otras entradas, y puerto más inmediato al Pueblo. El suelo que ocupa el vecindario, es arenoso y desigual y muchas de sus casas están -al abrigo y falda del Picacho o pequeño cerro, cu- yas aguas precipitadas en invierno, rompen la plaza y corren por una zafia que ellas hacen, que necesitan de puente para comunicarse las dos partes del lugar. La figura del pueblo no guarda orden fuera de lo que corresponde a plaza, que es un cuadrilongo formado con la ca- sa del Padre por una parte, y de la otra algunas casas de españoles, haciendo forma (le fachada la puerta de la Iglesia, las demás de las habitaciones están salpicadas por el espacio del pueblo. La fábrica es más que competente, pues aunque de bahareque, todas las que co- rresponden a españoles son bien capaces, en especial la que sirve de habitación al Padre, y a esta sigue un bello cañón de iglesia, bastante claro y elevado, formando su fondo en figura oval, la sacristía, Las (le los Indios son a su modo como Caneyes o chozas grandes, y en ella se alojan por parcialidades cuando vienen el domingo de las labran- zas, y lo que ocupan los negros y mulatos libres, siguen la naturaleza (le las últimas con corta diferencia. La población es de cuatrocientos Indios como queda dicho en el estado de actual existencia, pero por la inmediación a los hatos que hay en los llanos (le Caracas, están allí establecidos cuarenta individuos de castas, y españoles, tres familias, que podrán hacer doce almas, con- que diremos que se componen de cuatrocientos cincuenta y dos o poco más. El cuidado del pueblo está al del Padre Jorge Smith de aeionalidad alemana, que hace y cumple santamente con su Ministe- rio para los Indios, como de cura para los que no lo son. Su espíritu no se exime de admitir por Pascuas al cumplimiento (le Iglesia innu- merables gentes que vienen a confesarse de los Llanos de Caracas y Barcelona, asunto porque encuentro bien establecido este pueblo aun- que fué impugnado del Gobierno de Caracas, en curas razones polí- ticas no me meto. La jurisdicción temporal corresponde a la Capita- nía General de Cumaná con recurso al Virrey de Santa Fé, por estar ceñida a ella la provincia de Guayana, y la espiritual al Obispo de Puerto Rico, sin embargo que le venían mejor las que corresponden a la jurisdicción de Caracas, por muchos motivos que no son de mi asunto; esta dependencia se debe entender en cuanto a la extensión, pues para las providencias no hay asunto sobre que recaigan en lo más del año, pues cuando lleguen las especies a su tribunal, estarán
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