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270 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA del Río Sto. Domingo"; que los achaguas huyeron hacia la misión que tenían en Cojedes los Capuchinos y después regresaron y el P. Fr. Lucas Niño los volvió a reducir y fundar en la misión de S. Vicente, y desde entonces acompañaron al fraile con fidelidad "en sus Jor- nadas a las conquistas de otras Naciones, demostrando valor"; que después intentaron huir de nuevo, pero el misionero Niño logró dete- nerlos y vivieron en la misión de S. Vicente hasta 1746, en que las crecientes del Santo Domingo les obligaron a trasladarse a la sabana de la Palma que para el efecto les donó el Mro. D. Sebastián de la Riva, y allí poblaron, y regidos desde entonces por ci P. Guaría, tomaron por titular a Nuestra Señora del Rosario y por patrón a Sto. Domingo; que estuvieron tranquilos en la Palma hasta 1764, en que intentaron de nuevo marcharse a Cojedes como lo hicieron en 22 y 23 de diciem- bre, dejando comisionados a Salvador Durán y a Tomás de Rojas para que, recogiendo a los rezagados, huyesen a los seis días y le pusiesen fuego al pueblo en la noche; que Durán y Rojas cumplieron su infame cometido, pero el pueblo se salvó gracias a la oportuna ayuda de D. Lu- ciano Agudelo para apagar el incendio, que sólo destruyó seis casas, y los indios, mal acogidos en la Capitanía, no lograron poblar en ella y en parte volvieron, y Fr. Guarín los "recivio como Padre, acaricián- dolos, y animándolos al restablecimiento del Pueblo, el que no ha sido posible reducir a su ser antiguo, pues omisos y cada (lía más reveldes n'a acisten como antes a la obligs. xptianas ni miran por el Pueblo". El número de indios existentes entonces subía a 400, instruidos en la Doc- trina, y la Iglesia tenía bienes por valor de mil pesos costeados "en la mayor parte por la Religión". SAN .JOSE.—Declara su Misionero P. Fr. Bartolomé Leal en 18 de abril de 1770 y (le SU certificación se deduce: que en 1' de enero de 1762 tomó posesión del pueblo, formado por 700 indios achaguas, "cu- yo número no adelanta por las muchas epidemias que padece la tie- rra"; que hace trabajar a los indios en sembrar algodón y convertirlo en telas bajo la dirección de un oficial que trajo del Reino, y del lien- zo fabricado les reparte cada año más de mil varas para sus vestidos; que ha gastado más de 1200 pesos suyos en la iglesia en que ha puesto coro (le cantores y música de varios instrumentos, aunque los salarios de la Real Caja no se le pagan por lo general sino cuatro años después de ganados; que los indios están instruidos en la Doctrina Cristiana y mantienen su tendencia a la fuga, la cual realizada olvidan cuanto ha- bían aprendido en la misión, de tal modo que cuando vuelvan a ella hay que comenzar de nuevo la enseñanza; que sin escolta "no es posi- ble hacer correrías, sino es dejando solos los Pueblos, y expuestos a levantamtos. y fuga (le los Indios"; que el pueblo está fundado a ori- llas del río Santo Domingo, a la parte sur, y circunvalado de monta- ñas, y "en los veranos se padecen muchas ruinas por el fuego en los sembrados qe. todos se abrasan" y hay en el invierno gran necesidad (le pan y de frutos, pues éstos, 'a excepción del maíz, no se pueden