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MISION DE LOS PP. DOMINICOS—CAPITULO IV 259 la Nueva Cantabria, hacia las fuentes del río Caura, en la Gua- yana venezolana. El viaje duró desde el 10 de febrero de 1674 hasta últimos de abril del mismo año. La vuelta a Barinas duraría otro tanto. Debió fallecer muy anciano, porque tenía 80 años en su famosa expedición por el río Apure. Este apóstol, ni siquiera nombrado por su contemporá- neo el cronista dominico Fr. Alonso de Zamora, vive hoy en la historia por un libro que nos dejó el cual, perdido por más de dos centurias, fué impreso en León (España) en 1892. El libro se intitula "Relación del descubrimiento del río Apure hasta su ingreso en el Orinoco". El manuscrito que reprodu- ce esta obra tiene 380 págs. impresas, mapas y grabados del autor. Un erudito escritor venezolano, M. S. Sánchez, dice que el libro "posee un grande interés histórico para Venezue- la; y es muy de lamentar que la segunda parte, que sin duda comprendía el regreso del bizarro capitán Ochogavía (es Ocha gavía) y sus compañeros hasta el río Santo Domingo y su puerto de San Francisco en las Mij aguas, no hubiese al presente aparecido. 3. Parece que esta segunda etapa de las Misiones de Barinas principió con el siglo XVIII. Ya en 1710 el arzobispo de Santa Fé, Dn. Francisco Osio y Otero decía en su oficio a la Sagrada Congregción de Obispos y Regulares: "y si sucediera lo contrario, quedarán expuesta a mil peligros porque en di- chps conventos quedarán pocos Religiosos y éstos no de tanta sa'Ñsf acción por lo que no cwnplii'án tau perfectamente un tan alio ministerio como el que actualmente desempeña (la Orden Dominica) en la provincia de Barinas, donde reciente- mente ha sucedido un raro y prodigioso milagro, el de la apa- rición de la Virgen llamada del Real, sobre lo cual sería ne- cesario hablar largamente". Con mucho entusiasmo se comezaron estas misiones, pues su mismo fundador el provincial P. Fr. Felipe de Tobar escri- bió los, primeros capítulos (le SU historia. Algo de interés tiene y Por eso copio el contenido (le SUS capítulos ya que otra cosa del libro no tengo. La obra está en el Con- vento (le la Orden en Tunja. Primero diré que es ex- traño que ni el Sr. J. M. Groot ni D. Juan Pablo Res-