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248 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA cas particulares, sólo unas labranzas que apenas les producen para el cotidiano sustento y algunos caballos que les sirven para el trasporte de bastimentos, todo lo cual no es suficiente para estimularlos a per- manacer en los pueblos, antes bien, vemos que en recibiendo algún agravio, castigo o reprensión del que los gobierna, luego lo abandonan todo y se huyen a otros pueblos, (le lo cual se siguen muy graves ofen- sas de Dios, y ni saben rezar, ni cumplir con los preceptos de confe- sión y comunión -anual. La subordinación que tienen al monarca se podrá inferir de los hechos prácticos que cotidianamente se van experimentando, y prin- cipalmente del que acaba de suceder en el pueblo de Panapana, tam- bién de nación Caribe, cuyo capitanejo estaba ya convocando otros muchos pueblos para vengar algunos agravios que tal vez habían reci- bido de los españoles; querían matarlos a todos y huir a los montes, y lo hubieran ejecutado, sin duda, a no haber sido delatado por otro indio. Los religiosos poco o nada podemos remediar, porque (le los avi- sos y exhortaciones se ríen los señores cabos, y todo para en pleitos y discordias, con escándalo de los indios, y creo que muchos hubieran Ya desamparado sus pueblos si, no tuvieran esperanza (le algún re- medio Los medios que me p-arecen ser más útiles para el mejor adelanta- miento de las conversiones, son los siguientes: que se manden refor- mar y reforzar los pueblos, aunque sea demoliendo algunos, hasta que cada uno de los que quedaren conste, a lo menos, de cien familias; que se establezca una escolta, o a lo menos se dé auxilio necesario da tropa que deberá estar únicamente para hacer que se ejecuten las suaves disposiciones (te los Misioneros, en la forma que en otros tiem- pos estaban los pueblos de los Padres Jesuitas en el Alto Orinoco. De esta suerte, en pocos años se verían grandes progresos, tendrían la de- bida sujeción y subordinación al Monarca, aprenderían de cristiandad y se harían felices en lo temporal. Este es mi parecer, salvo semper ineliori. En Guarayparo, a 3 de julio de 1775. —Fr. Francisco Amal. Padrón de los indios existentes en el pueblo de la Inmaculada Concepción del Cauro—Se dió principio a su fundación con indios Paravenas, el año del Señor de 1771. Capitán, Gotiza, dos mujeres y dos hijas. Teniente, Maracagua, y dos mujeres sin hijos. Sargento, Maracaguare, su mujer y un ayudante (1). Alcalde, Aguaira, (le treinta y cuatro años, su mujer y dos hijos, etc. (Siguen nombres hasta formar un lotal de ciento treinta y siete almas). Para la subsistencia de este pueblo se hallan los bienes siguien- (1) Estos indios que aparecen con dos mujeres, y algunos otros con tres, no estaban aún bautizados.
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