BCCCAP00000000000000000000501

LAG-RIMAS DE UNA MADRE La sed de almas, que devoraba su corazón, impulsaba a Jesús a ir de un lado para otro buscando por ciudades, aldeas y campos prosélitos para el reino de Dios. Habi– tualmente res.idía en Cafarnaúm; pero con frecuencia hacía sus correrías apostólicas por sus contornos y aún más lejos haciendo el bien a todos con la misma natura– lidad con que la flor esparce su pe,rfume. Una y otra vez. se le veia por los caminos de Galilea cubiertos de polvo andar y andar tras divinas aventuras. Cruzaba el lago; subía a los montes; marchaba a lo largo de la campiña unas veces cubierta de rubia mies, y otras, reverdeante por la yerba nueva. Hablaba con los labriegos, pescadores y caminantes, y para todos tenía una palabra de consue; lo, un gesto de bienhechora protección. Contemplaba el cielo, las aguas azules del lago, la tierra pródiga en flores, frutos y semillas. Por doquier sorprendía la belleza de la creación entera. Miraba los lirios del campo y el vuelo de los pájaros; escuchaba el canto de las alondras y el mur– mullo de las f,rondas y los arroyos. Un día sale de Cafarnaúm, y por caminos tortuosos 1 viaja ruta al Sur seguido de sus discípulos. No faltan al– gunos admiradores que se juntan a la comitiva. A medida que avanza la caravana, aumenta el número de los peregri- 125

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz