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Traducción del M. R. P. Marcos de Escalada 93 da, que a juzgar por los restos de columnas que aun estaban en pie, de– bió ser de notable arquitectura. Un grueso árbol nacido en su centro. denotaba la secular antigüedad de su estado ruinoso, que s:cgún informes de aquellos aldeanos, había sido en ocasión de una guerra entre cristia– nos y musulmanes del territorio de los Uollos. 15. Gracioso paso del Baclziló. -Al cabo de un mes de perma– nencia en la referida aldea, ejerciendo siempre nuestro espiritual minis– terio, cuando ya el horizonte se iba despejando y los ríos y torrentes volvían sus aguas al cauce ordinario, levantamos nuestra tienda y escu– dados del correspondiente salvoconducto de Deyaché Bechís, partimos en dirección a Tedba-Mariam. Burla burlando, llegamos en breve a ori– llas del río Bachiló. Los paisanos que me acompañaban, muy prácticos en el paso de aquel vado, comenzaron a preparar la barca, que ellos llama– ban «tanque)), Consistía éste en un conjunto de maderos atados unos a otros en posición horizontal; encima, y como mullidél alfombra, iban echando césped, hierba y hojarasca en abundancia; y sin otra cosa ni apoyo alguno lateral quedaba armada la harca. Antes de subir a ella, era preciso dar una batida a los muchos cocodrilos que infestaban el río, y armados todos los allí presentes de cantos, piedras y palos, y gritando desaforadamente íbamos por toda la orilla del río, arrojando cuanto te– níamos a mano a su cauce. En fin. creo yo que a juzgar por el aparatoso modo de hacerlo. no quedaría un cocodrilo en varias leguas a lo largo del río. liecho esto nos colocamos en la improvisada barca, la cual em– pujada por cuatro buenos nadadores. uno a cada ángulo, pasamos feliz– mente el Bachiló. Bien se merecían los pobres una buena propina y no se la regateé. con lo que se despidieron más contentos que unas castañuelas. 1G. Observaciones sobre el Baclziló.--EI valle dPl Bachiló es muy expuesto a fit\bres palúdicas. por su situación baja y húmeda. Razón por la que no quise hacer noche en sus orillas. La posición, sin embargo, era preciosa; cubierta de exuberante vegetación y rica en productos de caucho y de cristal de roca, que aparece en distintas formas de glóbulos, algu– nos de los cuales medían un palmo de diámetro. Tuve la curiosidad de romper algunos, y encontré dentro una piedra preciosa de muy estimable valor, que vendida, valió un precio verdaderamente extraordinario. 17. Entrevista con los Padres Justo!/ Cci.,ar.-Mi incógnito no se les ocultaba a mis Padres Misioneros internados en el corazón de la Abisinia, quienes al tener noticia de mi llegada, salieron al encuentro. recibiendo por ello gran contento nuestros únimos. Un tierno y apretado abrazo hablaba en aquel momento más que todas las palabras que pudié– ramos decir; sin embargo, nos saludamos en lengua abisinia, que ellos conocían müs a fondo. A mediodía, sentados a la sombra de un árbol. comimos en santa y fraternal concordia. 18. Tedba-,\Iariam.-A eso de media tarde hicimos la entrada en Tedba-Mariam. La ciudad está situada en una pintoresca colim1 cortada a pico por sus cuatro costados y de unos tres kilómetros de circunferen– cia. Era entonces Corte y residencia del príncipe Tokó-Brillé y por su situación estratt'•gicn tmo de los castillos más fuertes y seguros de la provi11cii1 A Tedbn-l\1ariarn se la considera corno uno de los santuarios más importm1tes de la Abisinia. por las preciosas reliquias que en sí

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