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Traducción del M. R. P. Marcos de Escalada 67 13. Proyecto de compra de una casa en Zeila.----AI cabo de tres semanas de paseo por el mar, regresamos nuevamente a Zeila, donde permanecimos durante varios días en espera de ulteriores y más ventajo– sas resoluciones. Por informes de personas fidedignas y conocedoras de aquellas tierras, nos cercioramos de la posibilidad de hacer por ese punto el viaje al país Galla contando con la salvaguardia del rey del Xoa. Proyectamos, para mejor información, comprar aquí una casa y establecer una agencia, a fin de activar el asunto y emprender la tan deseada en– trada en el país Galla. Repetidas veces y con mesuradas palabras, pro– pusimos el proyecto al gobernador Sir Markeb. con quien, por fin, nos pusimos de acuerdo en 400 tálers. entregündole al instante, en señal de fianza, 40 y prometiéndole enviar desde Massawd1 los restantes, apenas realizara el viaje que allí tenía concertado. 14. Cartas de Europa: Partida para /'vlassawalz.-Ya estaba para embarcar cuando me llega el correo; abro y me encuentro con las bulas y demüs documentos para la consagración del Sr. De Jacobis. Mi satisfacción fué indecible: apresuré cuanto pude mi partida, con el fin de estar a tiempo de la próxima venida del nuevo gobernador de Massawah. que se me anunciaba traía enrnrgo de darme. de manera oficial, cumplida satisfacción por el vandálico acto realizado en la violenta destrucción de la casa; pero la Providencia dispuso otra cosa. porque ,-,e levantó viento contrario que retardó notablemente nuestra llegada. retrasándome un mes entero. 15. Entusiasta recibimienfo.--Se nos esperaba con impacienciu y nos recibieron con entusiasmo. Desde lejos divisamos en la playa al her– mano lego Fr. Pascual, con los dos jóvenes neófito."., el vicecónsul sefíor Degoutin con su familia y \'arias otras personas amigas. No faltó tmnpo– co el nuevo gobernador. quien luego de saludarme, se deshizo en excusas y perdones de parte del Gobierno. prometiéndome toda suerte de protec– ción y ayuda, así en orden a mi persona corno en la realización de mis proyectos, lo que agradecí de corazón. Allí me enteré de la suerte de mis compafíeros, PP. Justo y César, que se hallaban ya felizmente en Góndar; conocí, igualmente por menudo. todos los trámites y algaradas de mi per– secución en el Tigré. y como las cartas de marras. que sirvieron de pa– lanca para mi destierro, eran las de la S. Congregación, y precisamente las que traían las bula,-, y documentos para ln consagnición episcopal del Sr. De Jacobis. En fin. se descorrió el velo de toda aquella diabólica trama. 1G. Notificación al Sr. De Jacobis.---Asegur;íbame el agente del Consulado haber recibido el Sr. Prefecto un pliego en cuyo sobre escrito a él dirigido. venía este título: «Obispo de Nilópoli). Nada müs se sabía de ello, porque nada había dicho el interesado; pero lo que sí corrió entre varias personas, es que el mismo Sr. Prefecto lo había enterrado sin que nadie jamás haya sabido su paradero. Todo eso unido al concepto que no a humo de pajas yo me había formado de la persona del Sr. De Jacobis y de su profunda humildad, me trajeron por algún tiempo un tantillo inquieto recelando, no sin fundamento, se resistiría en absoluto al cargo episcopal. Mis temores salieron confirmados, como muy pronto hemos de ver. No obstante, hube de romper vallas y saltar por todo. Le mandé aviso de que
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