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Traducción del M. R. P. Marcos de Escalada 49 ----- paquetes o envoltorios, los portadores iban levantándolos y como pesan– do uno por uno, retirándose luego diciendo, o mejor dicho, fingiendo no poder llevarlos por ser muy pesados; volvían una y otra vez a hacer la misma operación, y confabulando entre sí y con el jefe de la caravana, acercábanse a nosotros pidiéndonos aumento de precio, con amenazas de marcharse dejándonos solüs; nos hallábamos ya como acobardados y dis– puestos a ceder; pero el Sr. De Jacobis, que los conocía a fondo, hízonos señas de callar y dejarlos obrar; finalmente, al atardecer, se firmó el contrato; ellos nos dieron fianza y nosotros encargamos a dos de nues– tros muchachos que apuntasen los nombres, numerasen los envoltorios y les acompañasen durante todo el trayecto; cada uno de nosotros tomó un mulo, un muchacho por compañero y el lecho de viaje. esto es, una piel curtida para extenderla por tierra, una manta de doble tejido de fábrica abisinia, y por almohada un pequeño saco con las camisas dentro para cambiarnos durante el camino. He aquí todo el equipaje del misionero apostólico en Africa. 11. De Umlwllu a Ar!wko. -A la mañana del veintiuno de Noviem– bre, si no me engaño, celebrada la santa Misa y tomado el def;ayuno, dejamos a Umkullu, agradable tan sólo por sus pozos de agua dulce, de la que se surten diariamente los ricos sefiores de Massawah (el vulgo bebe de la que se trae por barca de Arkeko. que es algo salobre, pero más barata) llegando al anochecer a Arkeko, donde pasamos la noche. Este pueblo, llamado también Dehonó, es la residencia del Nahib, cabeza o régulo de todas las tribus nómadas de tierra firme hasta la al tura de Abisinia. Desde muy antiguo recibía el dicho régulo la investidura del Emperador de Abisinia, de quien era tributario. pero desde que los tur– cos dominaron a Massawah y pusieron gobernador propio con guarnición militar, hubo de prestar también a éste homenaje y reconocimiento. a fin de mantener su independencia, que ciertamente era precaria, por dispu– türsela dos Gobiernos poderosos. Muy de mañana nos presentamos al Nahib, ofreciendo nuestros respetos y pidiéndole guí¡¡s y salvoconducto para continuar nuestro viaje por su territorio. pues sin él era un peligro constante por la ferocidad de aquellas tri bus, apesar del conocimiento y veneración que tenían al Sr. De jacobis, y de los favores que de t'l ha– bían recibido. El Nahib. a müs de recibirno:-, corté.srnente, regalónos un buey y un odre de miel; prese11tes que, conforme el uso del país. son reclamo de otros de mayor man tía; hicimos nrnfar el buey aquella misma tarde, to– mando de su car11e una pequeña porción y distribuyendo lo restante en– tre los de la caravana. compuesta de unas sesenta personas. 1:2. D{' Ar!telw hasta las alturas del Taranta.-Madrugamos a salir de Arkeko a fin ele evitar el calor ardiente del sol, que abrasa y agosta aquellas inmensas llanuras. y caminando a paso regular llegamos a lllt'.dia mafüma a orilb1s de cierto río que serpentea entre gruesos árbo– les, donde hicimos alto para la hora de la comida, que se preparó parte a la europea y parte a la aníbiga. esto es, con las viandas que traíamos de Europa y con la carne allí asada sobre carbones; de bebida usábamos aguamiel. A media tarde levantamos de 1111cvo la tienda y continuarnos el viaje hasta haceí noche al pie de un torrente cuyas laderas se Yeían ~

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