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Traducción del M. R. P. Marcos de Escalada 45 ropeos con esclavas, o con mujeres de distinh1 religión, y he observado que jamás concluyen bien, sobre todo, cuando las mujeres no han recibi– do, desde jóvenes, verdadera y sólida instrucción cristiana, cuyos deberes practiquen después asiduamente. 12. El bálsamo de Geda. - Hacíase en Geda comercio de cierto bálsamo, quizá el mejor de los conocidos, y siéndome necesaria esa ma– teria para mi espirituéll ministerio, rogué al Sr. Serkis me lo procurase junto con alguna ramita verde de la planta de donde se extrae. Trájome un par de litros y la rélma deseada, lo guardé en un vaso de cristal her– méti camen te cerrado, llevándolo así a la Abisinia para confrontarlo con lo que al lí encontrase, y hacer uso de lo más útil y de mejor rnlidad. Mi presentimiento no fué ilusión, porque un descubrimiento feliz coronó mis desvelos con gran ventaja de la Misión , como más adelante veremos. 13. En Con(uda y en Dahlak. - Pasados dos días en Geda, no sin ejercer mi apostolado , aunque sin fruto , contratada una barca partimos en dirección a Massawah a mediados de Octubre. Costeando durante dos días la Arabia feliz , abordamos a Confuda, puerto y ciudad de escasa importancia , donde hi ;::imos parada por motivo de asun tos privados del capitán de la barca, navegando después haci a el Oeste a fin de atravesar el mar Rojo y arribar a la costa afrirnna. Al cabo de dos días de alta mar, entramos en el pequeño archipiélago de Dahlak, formado de varias isletas y habi tado de unas trescientas personas, que viven de la 1·ecría y del co– mercio con Massawah. Estas islas son el punto donde se pescan las per– las, y entre ellas, la madreperla, tan estimada de todos. Los venecianos tuviere n allí un establecimiento para esa clase de pesca, y aun pueden verse cisternas excavadas por ellos; pero actualmente sólo los indígenas se dedican a ese tráfico: los europeos han intenta _o repetidas veces reanudar bs trabajos para volver a establecerse, pero ora sea por no cautivarse el afeccto de los indígenas, ora por falta de práctica en el ne– gocio, han fracasado siempre. 14. Llegada a Massawah.-Pasada la noche en Dahlak , nos dimos a la vela en dirección a Massawah , anclando en ésta a eso de las dos de la t arde. Es Massawah una isla formada primitivamente por un banco de coral , llegando a ser hoy esfación importante del litoral africano. Está bajo el imperio turco y habitada solamente de mercaderes árabes. El agente consular francés , a quien íbamos especialmente recomendados . estaba ausente , pero el gobernador Ismael-Aga nos reci bió cortésmente, agasajándonos en una casa relativamente cómoda , que nos cedió, con un tanquete a la usanza árabe. Entretan to , se mandó aviso de nuestra lle– gada a la esposa del agen te francés , la cual. dej ando la tierra firme, se vino al punto a la isla , en compañía de dos jóvenes abisinios. enviados por el Sr. De J acobis , Prefecto de la Misi ón de Abisinia.
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