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112 Mis treinta y cinco años de Misión en la Alta Etio_p_í_a_____ su mente, era esta una confusa mezcla de cristianismo y de islamismo difícil de descifrar. No obstante, respetaba la religión de unos y otros, favorecía a todos, y a todos prometía su valioso apoyo. Parecía vivir como en inquieta balanza pronto a inclinarse al lado de mayor peso. Así que lo mismo se encomendaba a las oraciones de los sacerdotes y monjes cristianos que a las de los santones de Mahoma. Uno de sus entreteni– mientos favoritos era contar y escuchar relaciones de hechos y aconteci– mientos maravillosos. Su fanatismo por esos hechos rayaba en frenesí, por manera que a cualquiera de ellos prestaba una fe inquebrantable. Conversé repetidas veces con él, y tan profunda confianza llegó a poner en mí, que me atreví a avisarle de ciertos conocidos defectos, por los que le denigraban públicamente sus cortesanos y vasallos (1 ). 13. /11e traslado a la tienda del Sr. Bel.--Diez días estuve con Ras Aly, y debo manifestar que me era grata su compafiía. Lo que no me agradaba mucho era la excesiva concurrencia de gente que sin cesar acudía a su casa. Parecía aquello una pública plaza de mercado. Y era lo peor que en todo aquel vivo hormiguero no había orden ni disciplina, y se permitían hablar tan soez e inmoralmente que me hicieron insufrible la estancia en aquel lugar. Por fin, cansado de tanto jaleo, concerté con el Sr. Bel mi traslado a la tienda de éste. No deseaba otra cosa el bonda– doso Sr. Bel, y él mis110 fué quien me hizo el honor de negociar este cambio de residencia con Ras Aly. Aquí ya era otra cosa: sin disturbio ninguno me dedicaba al cumplimiento de mis diarias obligaciones, cele– braba la santa iv\isa y rezaba el divino Oficio co todo sosiego, dedicando el resto del día a la instrucción de los catecúmenos y neófitos. 1-4:. La fe del Goyam.-E1 Goyam es el país más religioso de toda la Abisinia. Sefiorea allí la secta «Kevat» (unción). y uno de sw, dogmas principales es: que Jesucristo fué ungido por el Espíritu Santo. Y en eso concuerda con la de Devra-Líbanos, de que arriba hice mención, pues entrambas confiesan las dos naturalezas en Jesucristo. Divide el campo religioso una tercera secta llamada «Karra», y es la de los coptos euti– quianos o monofisitas de Egipto, introducida en esta región por Abuna Salama. Defiende esta secta la doctrina monofisih1 que niega la dualidad de las naturalezas en Cristo, admitiendo que la naturaleza humana fué absorbida por la divina en el momento de la unión. No se atreve esta secta a rechazar la palabra ,!.Kevat» (unción), y admite que Jesucristo fué ungido en su divinidad por la divinidad misma. lo cual constituye otro error dogmático que ni ellos mismos son capaces de descifrar. De todas tres la de Devra-Líbanos es la que se aproxima más a la verdad, y por ende, al gremio de la Iglesia Católica, su principal dogma es que en Cristo hay dos naturalezas. H) En la Yisita qnr- por primPra vez le hicr-, ya mt' pregunt() si hahia visto a lo~ dos ei•IPl1rt•s orileulos dr Gondar. ¡Tal era su preorupaciún por lo maraviJlosor DP los do:-- orú.– enloB uno t•ra ciN·lo jt>rift• 1nahonH•la110, dt• quirn :w conlaha t{III' tenia lrescient.os aftos de Pdad, y no co11ua ni hC'llÍa hada 11H1cho lit•IHJH). El otro Pl'H un sanlún a quiru alrihuian u1n– ehos prodigios: uno de t'•slos era PI lle hahrr divitlido las aguas dt~I río Takaze pa:-:anclo por él a pir t•njuto. Todos P:--o:-- prodigio~ st• los creia Has Aly a pie juulillas y en sus eonvrrsa– l'innPs ,·ralo primPro qnP t•spt•laha a sus in~erlocnlore:-:. Tan c.slúpida credulidad a las im– po~turas dt• los mahon1Ptano:-: y la prolPceion eit>ga qne LL•s disprn~ú .. Ic pusif'ron entlC'scré– tl1 lo y a(•Pl<'raron su ruína.

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