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La obra es contemporánea a la persecución de Antíoco IV Epífanes. El autor se sirve del esquema canónico del teólogo deuteronomista (pecado-castigo-conver– sión-salvación) para explicar la historia de Judá en el pasado. cuyo pecado la con– dujo al destierro y cuya conversión supuso el retorno a la tierra de Palestina. Pero no se detiene ahí. Utiliza semejante procedimiento para analizar la situación con– temporánea: el pecado de los judíos helenistas mereció el castigo que los gentiles han infligido al pueblo, pero la reacción de los israelitas fieles traerá la salvación. Entre los años 4 a. C. (muerte de Herodes) y 30 d. C., la obra sufrió una ulterior revisión (caps. 6-7), en un intento de releer con la misma clave ideológica la dura represión que siguió a la muerte del monarca idumeo. Estas alusiones a Herodes indujeron a algunos a datar tardíamente el escrito. El texto: Se ha conservado en un manuscrito latino. La coincidencia de Hch 7,36.38-39.43 con TestMoi. hace de la obra lucana la alusión más antigua de este apócrifo. Otros textos neotestamentarios próximos son 2 Pe 2,3.13 y Mt 24,21.29. 120 «Tcstmn,nln:::o::E!Lo~:::::::::,: ::::E::;nie de su ,;d,, 1 que es el año 2500 de la creación del mundo, aunque, según los que están en 1 oriente, el año... , y el 400 desde la salida de Fenicia, cuando el pueblo. después de la salida organizada por Moisés, llegó hasta Ammán del otro lado del Jor– dán, según la profecía que hizo Moi,és en el Deuteronomio. Este llamó junto a sí a Josué, hijo de Navé, hombre del agrado del Señor. para que fuera su suce- sor en lo que toca al pueblo y a la tienda del testimonio, con todos sus objetos y para que conduzca al pueblo a la tierra dada a sus padres, para que les sea dada según la alianza y según el juramento que hizo en la tienda de dár- sela por medio de Josué. Y habló Josué de la siguiente manera: (Sé fuerte) y valiente para cumplir celosamente todo lo que ha sido ordenado y hacer las cosas de manera que todo esté conforme a lo que dice el Señor del mundo. En efecto, él creó el mundo para su pueblo, pero no quiso revelar el fin de la crea– ción desde el comienzo del mundo, para que en aquel momento las naciones sean condenadas y se ataquen de mala manera entre ellas con todo tipo de dis– putas. Para ello me imaginó y me inventó a mí que desde el principio del mundo fui preparado para ser mediador de su alianza. Ahora, pues, te revelo que el tiempo de los años de mi vida se ha cumplido y que voy a encontrar a mis padres en su sueño, en presencia de todo el pueblo. Pero (tú) recibe este escrito para que te ocupes de proteger los libros que te voy a confiar: los pon– drás en orden, los ungirás y los colocarás en jarras de arcilla en un lugar que está preparado desde el principio de la creación del mundo, para que su nom– bre sea invocado hasta el día del arrepentimiento, y, por ello, el Señor se ocu– pará de ellos en el momento de la consumación del final de los días».

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