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CAPÍTULO XV CONFIDENCIA DOLOROSA El otoño de 1228 es particularmente movido en las naciones cristianas de la Europa occidental. Honorio III hizo pública una bula en que hacía un llamamiento a los príncipes y caballeros cristianos para que se alistaran en la cruzada y liberar los Santos Lugares de la dominación musulmana. Hay que tener en cuenta la profunda religiosidad de la Edad Media, si queremos hacernos una idea del enorme impacto social que ocasionaban tales convocatorias papales Predicadores y rapsodas se encargaban de sensibilizar al pueblo con sus arengas , desde el público unos, y los otros con sus coplas cantadas o recitadas en las plazas públicas. De uno de los trovadores de aquel tiempo son estos versos cuya musiquilla era sumamente familiar en pueblos y ciudades de la Europa cristiana: ¡Salve lanza, cruz, espinas salve! ¡Ay de vosotros paganos! Dios quiere vengar vuestras injurias Con el brazo de sus valientes . El mayor peso de aquella cruzada recayó en los países cristianos de centro-Europa. El Papa quería que los cruzados de los distintos países, fueran coordinados y acaudillados por el emperador Federico II, pero éste, al principio , no se mostró muy entusiasmado con la idea . 91

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