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'236 PEUS ro Y ahora echo de ver la utilidad de haber pedido nuevo emplaza– miento a la nueva Diputación para que no alegue ignorancia, y no pueda quejarse de nosotros en manera alguna, pues pretendimos abrirles los ojos para que no fueran contra su mismo derecho y li– cencia, que antes tenían dada al P. Marquina, cuando se halló\ ahí Presidente. Y, no obstante, que el sefior Fisca1, que fué a nosotros favorable, insistía que, aun consintiendo el Consejo en la subsisten– cia del Convento, en que se recogiese la Bula de S. S. para que en ningún tiempo tuviese validación Breve que no hubiese pasado por el Consejo, éste desestimó esta instancia, pues no hace mención alguna de dicho Breve, dejándolo en su fuerza y vigor, como se po– drá ver en la referida resolución, con que henws salido de este la– berinto, que me costó tantos malos ratos; pero todos los doy por bien empleados. Es verdad que el señor Gobernador fué verdaderamente nuestro abogado, por lo que es acreedor a nuestras continuas oraciones. Los dos abogados nuestros se portaron en sus defensas cual no puede ser más, sosteniendo en sus razones el fuero del Sefiorío contra el mis– mo Sefiorío, que abandonó su fuero. ,El Relator se ha mostrado siempre muy fino, y son todos acreedores a alguna demostración religiosa. Convéncese ser dicho Convento del agrado de Dios en esa Provincia, pues a vista de tantos contrarios se ha arraigado más su firmeza. Dios es el autór de todo, y a El sólo se le deben dar las gracias. En el oficio de Yarza se está sacando la Real Provisión o Ejecutoria, y luego que se me entregue, la remitiré certificada, para que se notifique a las partes y se guarde después en el Archivo ele ese Convento. Estimaré que a vuelta de correo me remita V. C. letra de 300 rea– les para corresponder con los Abogados; Relatores y Procurador, que son acreedores a alguna demostración de agrádecimiento, ami– que sea corta. Yo quedo de V. C., a quien doy la enhorabuena, y que en su Prelacía se haya conquistado esta fuerte plaza ; asimismo la doy a esa Comunidad, que logra por este medio alguna mayor -quietud. Nuestro Sefior guarde a V. C. muchos años, como se lo suplico •en· éste. Afecto servidor de V. C. y an1igo, Fr. Martín de La Coruffü,. Sólo nos faltaba :rn para lle,:ar a feliz térniúio nuestrn. d_i;;seo de edificar convento en vez del Hospicio, la licencia regia, que, al de-

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