BCCCAP00000000000000000000450
(BILBAO) 209 ción de las naciones todas le merecieron por haber. fundado un tem•. plo o una casa de Religión, dice Ugo. Por el cuidado que tuvieron de los Templos consiguieron los romanos el señorío y dominio del orbe. Y en los Reyes Católicos ha sido tan grande la piedad en edificar iglesias y conventos, que dice Solórzano que el hacer estas obras lo han tenido como propia obligación suya. Los Sumos Pontífices Clemente VIII y Grego. rio XV, reconociendo que las Ordenes mendicantes, como es la de los Capuchinos, son de mucha utilidad y de ningún fastidio a los fieles, les concedieron Bulas especiales para fundaciones de con~ ventos, como lo refiere Manuel Rodríguez en las Cuestiones Regu. lares; conque visto que el admitir y permitir esta fundación no es contra el decoro ni de su solar ilustrísimo ni del muy noble Seño..: río, queda respqndido a lo que dicen no podrá mantenerse por la cortedad de su territorio, lo estéril y montuoso de su sitio, pues hemos visto que en estos años pasados en que las Castillas han pa– decido tanta carestía, aquí no se ha experimentado alguna, como lo publicaban los pobres de las Castillas acogidos al Señorío a so– correr la necesidad que en sus tierras padecían. En esta objeción pretenden '.los contrarios que litigan, querer abreviar y estrechar la mano poderosa de Dios, y es fuerte cosa que manteniéndose en este muy noble Señorío tantos Conventos mendicantes en nume– rosa Comunidad de Religiosos con crecidas limosnas de la piedad de los fieles, no haya de poder mantenerse una corta, pobre Co~ munidad Capuchina, y que ésta sola haya de ser la que empobrez– ca el Señorío, cuando todos saben (menos los que afectan no querer saberlo) que para mantenerse una pobre corta Comunidad Capu~ china necesita muy poco, porque sus edificios, ornamentos de igle• sia, vestido y comida, siempre son y han sido de lo menos costoso y más pobre. Fuera de que las limosnas que ofrecen los fieles no son las que destruyen ni empobrecen los pueblos y las Repúblicas, antes bien les hacen más ricos, dice no menos que el Espíritu San– to en los Proyerbios, y fo confirma S. Cipriano y otros muchos i;antos. No es la limosna, no, ia que empobrece y destruye )os pue– blos, sino la vana ostentación de los trajes y sus concomitantes vi– cios, como afirma el analist~ Taccito, y por eso, aunque 1~ multi– plicidad de fundaciones con1-o gravosa a la República la repruebe11· los políticos, es con sola la. aprpbaci6n ~1e la política del mundo, cuya raíz suele ser la avaricia, mas no con la aprobación· de la po- 14
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz