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(BILBAO) 197 juicio de la autoridad de V. S. I., cuya licenc;ia se pretendió en vida de D. Benito de Rucavado y la consideró precisa el Iltmo. Obispo que fué de este1 Obispado y aun la de la noble villa de Bilbao y su ilustre Cabildo eclesiástico, como confín de la anteiglesia de Deus– to, cuyo defecto y expresa contradicción destruyó las ideas de 1; ,fo.ndació11. Así lo confesó en repetidas cartas, que el P. Fr. Matías de Zuazo, Religioso Capuchino, escribió a don Benito, en especial en las escrituras con fecha de ocho de mayo, 21 de junio y 2 de agosto de 1688, cuyas copias simples se conservan y las originales deben p;:irar en poder de los herederos de don Benito. 13. Sin que obste que los RR. PP. Capuchinos quieran persua– dir a V. S. I., que en Diputación general de 23 de enero del año de r745 tuvieron permiso para fundarlo, pues este Decreto no se ,confirmó en la junta general del año cuarenta y seis ni aun se clió 11oticia de él como se acostumbra, y era preciso, porque a tenerle ,,en dicho Congreso, no sólo se hubiera revocado, sino que se daría por sentido de licencia tan absoluta, cuyo recelo dió motivo a ocul– tarle, sin embargo de haber asistido a él el P. Fr. Matías de Mar– quina, a la fúnebre función con que la innata fidelidad de V. S. I. manifestó su dolido sentimento de la muerte del Sr. Felipe V, de ;gloriosa memoria, y se vió prácticamente explicado el ánimo ele V. S. I. .con el Decreto hecho en la inmediata junta general del cua– renta y ocho, que queda citada, negando absolutamente toda lic<;n– da a nueva funcl;:ición, a que se añade que el Decreto de Diputación se hizo sin que se tuviesen presentes los Decretos que el Memorial -citaba hechos en dicha anteiglesia ele Deusto, que con más puntua– lidad llevamos expresados en este Memorial, especialmente el del día doce. d,e julio de mil setecientos cincuenta y cuatro, cuya verdad ,está supeditada en contradictorio juicio, aun con los testigos de los mismos PP. Capuchinos que descubrieron la cautela con que envol– vía en sí cosas contrarias a la verdad el Memorial que precedía al Decreto de Diputación que hasta ahora lo han tenido oculto, así los que le hicieron como los PP. Capuchinos, cuya ocultación argu– ye la mala fe con que se procedió, sin que hubiesen tenido aliento de manifestarlo a vista de lo decretado en la nominada junta gene– ral del año de cuarenta y ocho, que traía su origen de lo determinado· en igual Congreso ele jtmta general de mil setecientos cuarenta y dos, y siendo mucho posterior el Breve pontificio obtenido por los PP. Capuchinos para su pretendida fundación es de providenciar sobre su reformación para entero- cumplimie11to ele los Decretos de

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