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5 LASSE~ALESDELSEROR Mañana del 20 de septiembre de 1918 Parecen interminables los seis meses últimos de 1918. Tan alarmantes eran las noticias que angustiaban a Italia y a Europa, teñidas de sangre, en la Primera Guerra Mundial. La lucha san– grienta de hombres contra hombres se alargaba ya durante cuatro años. En el frente italiano, junto al río Piave, había fracasado la segunda ofensiva en masa de los austro-húngaros en junio de 1918, que tanta sangre costó. La paz que va a ser firmada en Versalles dejará tras de sí un río de sangre, por la violencia y las hostilidades entre los pueblos. Sobre el Gargano no trepidaba la guerra. Con todo no falta– ron sufrimientos, producidos por ella. También San Giovanni Rotondo, enclavado pacíficamente en las estribaciones del Gar– gano, tuvo sus caídos, sus heridos, sus prisioneros, sus hijos leja– nos. Centenares. A las lamentaciones por la guerra, en otoño de 1918, se sumaron las lamentaciones por la peste, una epidemia muy seria. En los dos meses de septiembre y octubre casi dos centenares fueron víctimas de la misma. El mismo P. Pío no se libró del contagio y tuvo que guardar cama del 5 al 17 de sep– tiembre. Entre el servicio militar y otras prestaciones habían dejado vacíos los conventos de la provincia capuchina de Foggia. En el de San Giovanni Rotondo habían quedado tres frailes: el supe– rior, P. Paulino de Casacalenda, el P. Pío, enfermo de epidemia, y fray Nicolás de Roccabascerana, limosnero. Llegó el 20 de septiembre. La fiesta de la impresión de las llagas de San Francisco se había celebrado tres días antes, el 17 91
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