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José Canaponi, 34 años, de Sarteano, empleado en el ferroca– rril. El 20 de junio, cuando iba en su motocicleta fue embestido por un-autocarro, que le destrozó el fémur izquierdo. Anduvo de hospital en hospital: Sarteano , Chiusi, Montepulcianc-, Siena, el Rizzoli de Bolonia. No se veía esperanza de sanar. En una decla– ración de los hospitales reunidos de Santa María de la Scala, en Siena, fechada el 28 de abril de 1951, se declaraba que era alea– toria cualquier terapia médica o física de Canaponi, hmpitalizado en 1948 "por anquilosis fibrosa de la rodilla izquierda, como resultado de una fractura de la diáfasis femoral". Por lo cual "se intentó la movilización forzada de la articulación rígida con anes– tesia general". También este intento resultó negativo. Aún más, "durante este operación se produjo nuevamente la fractura femo– ral. Fue, por lo mismo, dado de alta con la rodilla rígida como en el momento de ser hospitalizado". Crisis pavorosas, tremendos dolores en la pierna, la rodilla rígida, un caminar dificultoso y con dos muletas. Todo ello em– brutecía y hacía blasfemar a aquel hombre desesperado. La tarde del 28 de diciembre de 1948 Canaponi se encontró en la sacristía de Santa María de las Gracias, en el Gargano, llevadc allá por la mujer y los hijos. Se acercó al P. Pío para confesarse. Este le dijo cómo se encontraba su vida espiritual. Mientras tanto Canaponi, sin saber cómo, se encontró de rodillas. La rodilla rígida, anquilosada desde hacía tres años, flexionaba a la perfección. Se alejó del confesor sin las muletas. La mujer, el hijo, los amigos, los conocidos de Sarteano quedaron atónitos al ver a Canaponi caminar con soltura, con la pierna y la rodilla total– mente normales. Cuando se presentó, perfectamente curado, al inspector de ferrocarriles de Florencia, volvió a su trabajo en la estación de Chiusi. Los partes clínicos habían pronosticado que Cmaponi no podría volver a doblar más la rodilla. Habiendo pasado periódicamente a revisión en los años si– guientes, el funcionamiento de la rodilla aparecía "inmejorable, siendo la flexión activa y pasiva superior al ángulo :-ecto". Leo– poldo Giuntini, director de la clínica ortopédica de la Universidad de Siena, escribe que "la subitánea recuperación del movimiento articular", en el caso de Canaponi, constituye un suceso "que no 272