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Antonio de Honofi-io, 14 años, de Foggia. A los cuatro años contrajo el tifus, que le dejó jiboso. Un día se confesó con el P. Pío. Este acarició aquel cuerpo contrahecho. El muchacho se levantó del reclinatorio perfectamente tieso. Francisco Vicio, 75 años, llamado "el santero". Era pequeño y deforme. Andaba a gatas, con la barba casi tocando el suelo. Un día el padre le dijo: levántate y anda. Se levantó y, desde entonces, caminó derecho. Alberto del Fante publicó relatos de treinta y siete curaciones. Nesta de Robek da cuenta de diez curaciones. Entre los curados vamos a recordar a dos de ellos: Gracia Siena, ciega de nacimien– to, que comenzó a ver después de 29 años de ceguera. Ana Gema de Guirgi, de siete años, siciliana. Había nacido en 1939, con enfermedad de los ojos. Habiendo recibido la primera absolución y la primera c.omunión de manos del P. Pío, en 1947, recobró la vista. Existe documentación de otras curaciones. Por ejemplo: 1919: María Gozzi, de Guizzano (Pisa), sanada de epitelioma en la lengua. 1921: María Teresa Salvadores, argentina, religiosa de San Vicente de Paúl, superiora de la Escuela-Taller de Montevideo , sanada de un mal incurable. 1924: la condesa Oliva Baiocchi, curada un tumor en la región lateral deré;cha del abdomen. 1928: Francisco Ricchiardi, médico de San Giovanni Roton– do, curado de un cáncer al estómago. 1945: el P. Agustín habla de una señora, nacida en San Mar– cos la Catola, completamente sorda desde hacía veinte años. Pidió oír y lo consiguió. el P. Agustín escribe: "Le hablo y oye perfec– tamente". Desde 1945 el mismo P. Agustín lleva nota de la correspon– dencia que va llegando: "Todos los días vienen cartas que dan cuenta de gracias recibidas por intercesión del padre". "Muchos escriben sobre las gracias conseguidas del Señor por las oraciones del P. Pío". "Diversas cartas hablan de gracias recibidas y a veces de milagros". "Se escribe acerca del P. Pío como de un santo, poderoso ante el Señor". En junio de 1947 hace referencia a una niña de Ribera (Agri– gento) -es Gema de Giorgi- que recobró la vista "por las ora– ciones del P. Pío". Y habla de otras curaciones. 271