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autoridad eclesiástica. Un organizador y promotor de esta defensa fue el capuchino Andrés Jacinto Lunghin, obispo de Treviso desde 1904, experto y decidido cuando se trataba de defender a sacerdotes contra acusaciones y calumnias orquestadas de propó– sito. El ejecutor de la defensa fue otro obispo capuchi:io, Cornelio Sebastián Cuccarollo, obispo de Bovino desde 1923. Algunos obispos capuchinos se encontraron en Fossombrone, el 3 de mayo de 1925, en la conmemoración del tercer centenario de la muerte del capuchino Beato Benedicto de Urbin:). Habiendo oído informes nada halagüeños acerca del capuchino estigmati– zado, el obispo Lunghin propuso a sus hermanos en e! episcopado informarse de todo lo que se había dicho en torn:) al P. Pío, especialmente sobre la provocación voluntaria de las llagas. Para esta indagación señaló al obispo Cuccarollo - que gobernaba la iglesia de Bovino, a pocos kilómetros de San Giovanni Rotondo y de Manfredonia- , y que había sido discípulo suyc en filosofía y teología. El obispo Cuccarollo recogió documentación suficiente y la hizo llegar a la más alta autoridad eclesiástica. El papa Pío XI , hombre reflexivo , comprendió lo infundado y falso de las acusa– ciones contra el P. Pío, e intervino para que los fieles volviesen a la misa y al confesonario del capuchino. En una audiencia, Pío XI le dirá al mismo obispo Cuccarollo: "Vosotros, los capuchinos , estaréis contentos de que el P. Pío haya sido reintegrado , et ultra ". A dicha reintegración concurrieron también los i:iformes que otro obispo capuchino - véneto como los precedentes- Lucas Hermenegildo Pasetto, obispo titular de Gera desde 1921, pre– sentó a Pío XI. Había sido enviado expresamente para conocer de visu al fraile contra el que tanto se rumoreaba y se escribía. Mons. Pasetto, junto con Mons. Félix Bevilacqua, se encontró con el P. Pío el 14 de marzo de 1933. Terminado el coloquio, le manifestó al P. Rafael de San Elías lo que pensaba. "El -anota el P. Rafael- quedó muy admirado de su humildad . docilidad y el conjunto de su comportamiento; vio en él a un hombre de oración , a un hombre de Dios, tanto que, por la relación que hizo, Pío XI cambió de parecer respecto del P. Pío". También Luis Orione, ya desde junio de 1925 se declaró abiertamente en defensa de la ver.dad. Estaba muy bie::1 informado de lo que ocurría en San Giovanni Rotondo y por eso movió el 244

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