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"Santifícate" Todo el esfuerzo del P. Pío estuvo encaminado a su santifica– ción. Se propuso asemejarse a Cristo, al Cristo que se dirige al Padre, al Cristo salvador de los hombres. Fue la suya una vida de dimensión vertical y horizontal, como las líneas de una cruz. "En el P. Pío -son palabras del Cardenal Lercaro- este afán ascético fue constante y, lo mismo que en San Pablo, recibió su sello luminoso participando de la cruz". Su vida, providencialmente larga, aunque en apariencia mo– nótona e igual, realizando todos los días el mismo trabajo, estuvo vivificada por una amorosa y generosa configuración con Cristo. Dios le asemejó hasta externamente a su Hijo con las llagas visibles, pero era porque el P. Pío, con la iniciativa y la gracia de Dios, había trabajado por asemejarse a Cristo en su interior. Como Jesús, el P. Pío fue el hombre del trato con Dios. Día y noche eran para él no tiempo de oración, sino oración. El Cardenal Lercaro, evocando su primer encuentro con el P. Pío, lo recuerda orando: "Le encontré en el pequeño coro de la vieja iglesia de las Gracias, en su lugar de .oración. Tuve una gran alegría, por más que aquello retrasaba mi conversación con él, ya que, como es natural, no le quería apartar de hablar con Dios. Me pareció que era así, orando, como hay que verlo. La misa antes de amanecer, en medio de una multitud que le rodeaba toda silenciosa y abstraída, y la oración silenciosa en el coro desierto, eran las raíces de donde brotaba aquella fuerza sobrenatural que daba fuerza a su palabra iluminada, brusca, a veces dura, pero tan persuasiva y alentadora". La misión del P. Pío en el mundo fue "una oración continua, una súplica persistente al Padre para presentarle, con Cristo, en Cristo y por Cristo, las necesidades y dolores, las esperanzas y anhelos de la Iglesia y del mundo. En su sacerdocio la mediación del único Mediador se actualizaba con el ofrecimiento incesante que le unía a la víctima del altar". La oración, en el P. Pío, está en función de su misión, de su carisma en la Iglesia y por la Iglesia. Llamado a la conformación con Cristo y a la inmolación para la obra redentora y santifica– dora de Cristo en la Iglesia, el orante de San Giovanni Rotondo usa la oración como instrumento para realizar su propia misión. 139