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Repercusiones en el mundo Desgraciadamente, por mucho que el estigmatizado hiciese por esconder "el secreto del rey", la gente que vivía en torno al P. Pío comenzó a percatarse de que, debajo de los medios guantes y de los calcetines había algo que se pretendía ocultar. El primero que se dio cuenta fue el superior del convento, el P. Paulino. Al constatar por sus propios ojos las heridas de las manos, informó inmediatamente de ello al P. Benito, provincial, que se encontraba en San Marcos la Catola. Fue este informe del P. Paulino el que motivó la carta del P. Benito al P. Pío, el 19 de octubre de 1918: "Dímelo todo y claramente, y no a medias tintas. ¿Qué hizo el personaje? ¿Dónde brota la sangre y cuántas veces al día o a la semana? ¿Qué sucedió en las manos y en los pies y cómo?". Mientras tanto el P. Benito había impuesto al superior un modo de comportarse preciso: callar el hecho, evitar cualquier publicidad, esperar su llegada a San Giovanni Rotondo. Después de informarse debidamente, el P. Benito acudió a los superiores para comunicarles cómo estaban las cosas y para esperar ór– denes. El P. Paulino, que miró con ojos indagadores las heridas del P. Pío, recuerda lo que vio, sobre todo en la llaga del costado: ésta "se aprecia justamente en la parte del corazón, no en la otra parte del costado... Tiene casi la forma de una X, de lo que se desprende que son dos heridas, y esto se relaciona con al hecho de que, mucho antes de los estigmas, el P. Pío fue herido con la espada de un ángel en la parte del corazón... Esta llaga tiene la apariencia de una fuerte quemadura, que no es superficial, sino profunda". El P. Benito, en una carta del 5 de marzo de 1919 al P. Agus– tín, describe lo que vio: "Lo de él no son manchas o improntas, sino verdaderas llagas que perforan las manos y los pies. Además le vi la del costado: un verdadero corte del que sale de continuo o sangre o humor sanguinolento. El viernes es sangre. Observé que con dificultad se tenía de pie; .. . cuando dice la misa, el don queda expuesto al público, al tener que tener las manos levantadas y descubiertas". 100

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