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10. MADRE Y SERVIDORA DE LAS HERMANAS En 1623, cuando contaba treinta años de edad, sor María Angela estuyo ya a punto de ser elegida abadesa. «Parecióme disparate y el mayor yerro del mundo -comenta-; su Majestad me dio inteligen– cia qué huyese de todo y me Ocupase en mi contem– plación, soledad y oración» (f 0 4r). Por esa vez se libró, quedando con el cargo de vicaria y de maestra de jóvenes profesas. Pero en el siguiente capítulo electivo de 1626 hubo de ple– garse ante la voluntad de las religiosas, en su mayor p2xte formadas por ella. Elegida abadesa y confir– mada con la dispensa necesaria, ya que los cánones exigían cuarenta años de edad, tomó a su cargo la guía de la comunidad. Gobernó durante dos trienios seguidos (1626-1632). Fallecida su sucesora durante el gobierno, fue elegida nuevamente sor María An– gela (1633-1636) y todavía, por cuarta vez, después de un trienio de vicaria (1639-1642). Siendo vicaria (1642-1645) partirá para la fundación de Murcia 1 : 1 Aun cuando ella dice que comenzó a ser abadesa en° trada ya en los 35 años, por lo tanto en 1627, parece Juera de duda que fue elegida en 1626, tomando como base sus propios apuntes de aquellos añm: tenía ya la responsabi– lidad de la comunidad el 6 de mayo de ese año; esta cer- 109

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