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Son 192 páginas de letra grande y fácil lectura; a tra– vés de la narración literaria vemos a un niño, después un muchacho que va "creciendo por dentro en espíritu e in– teligencia, en amor a los otros, en comprensión, <;n expe– riencia de cosas menudas y humanas". De gesto tranqui– lo, cuya cualidad más significativa sería el poderío de su penetración hasta el fondo de lo mirado. Ni es el más sobresaliente ni el más fuerte en los jue– gos, pero sí capaz de resistir el esfuerzo, la vigilia, la so– briedad de alimentos, la castidad, la carga de pesos, el manejo de herramientas y la oración constante. Tiene amigos íntimos y adversarios también íntimos. "Nadie aguanta con paciencia la proximidad de un ejem– plo cotidiano". Y "Jesús creciente', aprovecha toda oportunidad para la obra buena. Cuando su madre le reprocha: - "Estás mucho jue– ra de casa". El contesta: - "Madre, también hay que es– tar donde están los otros". María ignora en este libro mu– chas cosas de Jesús y entre ellas la que correspondía a "su vida secreta": su amor a los pobres, sus conversaciones con el viejo Sebanías, su amor a los amigos. Pero el pri– mer plano en la "vida secreta de Jesús", a pique de ado– les'cencia, lo ocupaba su Padre. Arna a Dios en los seres y cosas espirituales, además del amor directo y personal. Duerme poco, ora mucho, piensa mucho y lee. Cuando alguien le habla de la guerra, contesta: "El mundo es bastante grande para que quepan en él todos los hombres sin pelear. La primavera es más bella que la guerra~'. Al niño Lázaro que le pregunta dónde está Dios, le dice: "Dentro de ti, contigo". A los doctores les interro- 73