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41 Alguien reza en Cabo Kennedy. Más IMPORTANTE QUE DEFINIR LA ORA– CION, es hacer un rato de oración. Más importante que decirles yo a ustedes ahora cómo actúa la oración en nuestra vida, es recordarles si ya han levantado en estos primeros momentos del día los ojos al cielo y le han dicho a Dios cuatro cosas al oído... , cuatro cosas sobre la fami– lia, sobre el hijo que duerme, sobre el trabajo, cuatro co– sas formuladas con sencillez y humildad. Wemer von Braum, el "padre de la astronáutica", buscaba a Dios entre los cohetes con la misma sencillez que Santa Teresa lo buscaba entre los pucheros. Y cuen– ta: "Empecé a hacer oración todos los días, en vez de li– mitarme a apretar el botón del cohete y esperar a lo que viniera, diciendo: "Señor que suba este". "Me tomé el trabajo, cuando tenia tiempo, de alejarme por el campo y hacer mi oración en solitario. Rezaba también con mi mujerpor las tardes. Y al analizar mis trabajos procuraba encontrar la voluntad de Dios, actuando sobre cada uno de sus aspectos". La anécdota que voy a referir es curiosa. Vale la pe– na comentarla, porque las realidades humanas tienen cierta analogía con las realidades sobrenaturales. Y en la fuerza misteriosa del universo encontramos anticipos y símbolos de las fuerzas misteriosas de la gracia y la ora– ción. Dolores O'Hara - "Dee" para los amigos- era la "nurse" espacial, la mujer que mejor conocía a los astro- 130