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39 Un puñado de palabras. ¿Quién no dispone de un puñadito de consejos para ofrecérselos al amigo o al vecino a la primera de cambio? Antes, sin embargo, hemos de reseñar para.nosotros los que nos corresponden, no sea que nos arguyan: "Médico, cúrate a ti mismo". Sólo los estultos están seguros de no equivocarse en nada. A los demás nos queda un remus– guillo saludable de haber tropezado en cosas importantes, haber echado a perder planes, abusado de algo o de al– guien, haber tropezado moralmente. Vamos a admitirnos como defectuosos, de entrada. Es saludable. Y esto como la cosa más normal. En la vida . tenemos que practicar diariamente una labor de pulimen– to del espíritu. He aquí un puñado de palabras que me ofrezco y les ofrezco con la recomendación del buen uso que hemos de hacer de ellas. Qué bueno sería: ...UN BUEN USO DEL LENGUAJE: Alguien ha hablado del sacramento de la palabra y de que Cristo no construyó puentes, ni carreteras, ni pantanos. Sólo un puente de diálogo con corriente de Dios por debajo. El lenguaje· es para comunicar, para contar, para de– cir, para hablar. Toda palabra es buena en sí. Nuestra malicia inventó ''las palabras malas". Con ellas carcome- 123
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