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"Señor ya estamos solos mi corazón y el mar... ". "Pero Dios no es el mar, está en el mar, riela como la lu– na en el agua". Antonio Machado lo ve. Está a la escucha de Dios: "El mundo es ruidoso y mudo / poetas, sólo Dios habla... ". En su búsqueda, tal vez en su duda, ex– clama: "vivir es bueno, / es mejor soñar, / y mejor que todo: ¡Despertar!". Encuentra la fe esculpida en su ra– zón: "Con la copa de sombra bien colmada / con este nunca lleno corazón, / honremos al Señor que hizo la na– da I y ha esculpido en lafe nuestra razón". Y cuando du– daba le ocurría que... "creí mi hogar apagado / y revolví la ceniza... Me quemé la mano". García Lorca, menos caviloso, lleva su fe a lo bri– llante. Le atraen temas religiosos, como la "anuncia– ción": "Dios te salve Anunciación, / bien tunada y mal vestida, / tu niño tendrá en el pecho / un lunar y tres heridas... ''. Contrasta el gran ruido de la ciudad de Nueva York con el nacimiento de Jesús: "El niño llora y mira con un tres en !afrente I San José ve en el heno.tres espigas de bronce. / Los pañales exhalan un rumor de de– sierto... ". Y aquella tarde se detuvo García Lorca ante el Santí– simo Sacramento del altar: "Vivo estás, Dios mio, dentro del ostensorio. / Punzado por tu Padre con agujas de lumbre"... / "Es así, Dios anclado, como quiero tenerte, / pandetito de harina para el recién nacido"... / "Es así, forma breve de rumor inefable, / Dios en mantillas, Cris– to diminuto y tierno. / Repetido mil veces, muerto, cruci– ficado / por la impura palabra del hombre sudoroso... ". Y el poeta alicantino, Migµel Hernández, centra casi toda su poesía religiosa en el tema entrañable de la Vir– gen, a la que dedica seis poemas, en los que sobrepasa la exaltación poética y raya una cierta mística... Llama a la Virgen: "Sobrenatural toque", "Delicadez sabrosa", "Sin pecado en su origen", "Nacida para el vuelo", "Ventana para el sol", por la que... 97

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