BCCCAP00000000000000000000393

difícil es su práctica... ¡ Cuántas -veces nos sentimos in– clinados a pensar que es sencillamente imposible! Usted se ha esforzado por demostrarnos que es posible ser cas– tos; yo no tengo nada que oponer a sus razones; pero me atrevo a insistir: dejando a un lado las puras teorías y ateniéndonos escuetamente a la realidad humana, ¿es po– sible la castidad? Mire a ver cuántos la obser-van, aun tratándose de buenos cristianos en otros aspectos... - Me bastaría que se diera un solo grupo de hombres castos, por muy reducido que fuera, para estar en condi– ciones de afirmar que de hecho la castidad es posible, se– gún aquel principio de la filosofía escolástica: «de facto ad posse valet illatio», que viene a significar poco más o menos : cuando una cosa existe, no puede dudarse de su posibilidad. ,,Que la mayoría de los hombres, la inmensa mayo– ría, andan a trompicones con la pureza, es cosa que to– dos ven; que hay hombres que en esto andan como Dios quiere, no se ve tanto, pero es certísimo. Luego si el mantenerse castos es posible para unos, también lo será «radicalmente» para otros, ya que la naturaleza es la mis– ma, y las dificultades muy semejantes. ¿Qué es lo que ocurre entonces? Que unos quieren de veras el fin, y para lograrlo emplean los adecuados medios; y que otros, o no quieren el fin, o si lo encuentran apetecible, no tanto el empleo de los medios. »San Agustín, que tenía en su propia vida muy dolo– rosa experiencia de todas estas cosas, salió al paso de la canción sobre la imposibilidad de ciertos pre– ceptos divinos con unas afirmaciones que luego hizo su– yas, es decir, «canonizó», el Concilio de Trento: «DEUS IMPOSSIBILIA NON JUBET... Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar, nos impone HA– CER lo que podemos, y PEDIR lo que no podemos, y NOS AYUDA para que podamos». »En estas célebres afirmaciones agustinianas está en germen todo un tratado sobre moral cristiana, sobre la necesidad de la oración, y sobre la eficacia de la gracia. »Primero: HACER LO QUE PODEMOS. Y podemos mucho cuando de verdad nos empeñamos en algo. No basta con decir o suspirar: « Yo quisiera... Me gustaría... Sería hermoso que.··" Hay que poner los medios para lo- 566

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz