BCCCAP00000000000000000000393
llevar. Sólo lentamente, y no sin honda resistencia, se había ido rindiendo ante aquella «concepción de la vida» que el Padre les inculcaba. Ella tenía también sus ideas propias, y no renunciaba fácilmente a las mismas. Siem– pre había esperado saber vivir muy personalmente la pro– pia vida, bajo su exclusiva responsabilidad, casi sin pe– dir consejo a nadie, y desde luego sin admitir de nadie imposiciones o normas de cuyo fundamento y legitimidad no estuviese bien convencida. Durante mucho tiempo había estado ella segura de sus ideas: nadie podría honradamente ponerles un pero... Ahora ya dudaba, pues su ideal de vida no coincidía muy exactamente con el que les proponía el P. Fidel. El del Padre resultaba indudablemente más elevado, más per– fecto, más valioso; pero ella lo encontraba no poco exa– gerado, y, ¿cómo diría?, demasiado místico. No había necesidad de poner las cosas así. ¿Por qué no conceder alguna atención a «pasarlo bien» en el mundo? Ningún mal había en ello, mientras no se saltaran ciertos límites. No veía ella por qué se iba a conceder tan sólo atención y valor a lo de «pasar por el mundo haciendo bien». Y encontraba demasiado soso, demasiado cansado, eso de estar siempre pendientes de aprovechar cada jornada pa– ra hacer algo en lo que Dios pudiera complacerse y que sirviera de provecho espiritual o material al prójimo. ¿No sería todo esto un desorbitar indebidamente las cosas? Si Dios había puesto placeres y cosas agradables en la vida, en el mundo, sería de seguro para que disfrutásemos de ellos mientras pudiéramos hacerlo sin pecar. Como tenía gran confianza con el P. Fidel, se fue un día a exponerle todas sus dificultades. - Me alegra mucho, mujer, que me hables con tan– ta franqueza. No me parece mal, ni mucho menos, el que te cueste aceptar lo que yo digo mientras lo encuentres discutible; y no me extraña que se te hayan ocurrido to– das esas objeciones: a cualquiera que piense las cosas en serio se le pueden ocurrir. »Vamos a ver si entre los dos ponemos la suficiente claridad en los puntos más oscuros. »Soy yo el primero en reconocer que no es fácilmente realizable el estilo o forma de vida que os he propuesto; su perfecta realización significaría nada menos que una 106
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz