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3. JESÚS ESTÁ SIEMPRE CONTIGO Es impresionante la insistencia y la decisión con que el P. Pío confirma y ratifica la presencia de Jesús y su acción saludable en el alma, como la garantía más segura de victoria y de progreso en los caminos del espíritu. El hecho se explica, al menos en parte, por su inquebrantable confianza, reforzada por la experiencia personal en la asistencia de Jesús a las almas, que para su gloria y tras sus huellas, se encaminaban hacia el Padre. Aducimos sólo algunos fragmentos esparcidos aquí y allá, como prueba de lo que acabamos de indicar. - «Pensemos en el amor que Jesús nos tiene y en su celo por nuestro bienestar y estemos tranquilos, no dudemos de que nos asiste siempre con un cuidado más que paternal contra todos nuestros enemigos» (28-7-1914, H, 140). - «No temas. Jesús es más poderoso que todo el infierno y a la invocación de su nombre toda rodilla en el cielo, en la tierra y en el infierno se dobla delante de Jesús, que es el consuelo de los buenos y el terror de los impíos» (14-9-1917, m, 560). - «En !as horas de la lucha recordémosnos de Jesús, que está con nosotros y sufre con nosotros y por nosotros. Recurramos a fJ y seremos siempre conso– lados; haciéndolo así, reportaremos y cantaremos siempre victoria delante de Dios» (2-1-1918, III, 834). «En cuanto a tu espíritu, no temas, Jesús es y será siempre tuyo, y ninguno te lo disputará. ¿No te basta?» (17-1-1921, III, 787).