BCCCAP00000000000000000000338

"declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preserva– da inmune de tocia mancha de la culpa original en el pri– mer instante de su concepción por singular gracia y pri – vilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios." El texto papal es un modelo de rigor y acierto. La defini– ción de l dogma responde a todas las preguntas c lásicas del saber teológico y de la noticia periodística. La verdad central, la piedra angular del misterio, es el hecho de la Concepción Inmaculada de María. El "quién" pone de relieve el protago– nismo absoluto de Dios y la presencia personal del Redentor en la obra milagrosa realizada en María. Se afirma expresa– mente que se trata de un privilegio, de una gracia singular, en atención a los méritos de Cristo Jesús. Y se razona de un modo explícito el "cómo" del misterio: María ha siclo "pre– servada" inmune del pecado origi nal. Se aclara el hecho con sus circunstancias y con los primores del detalle que aquí forma un bloque armónico con la esencia verídica del miste– rio. El "cuándo" aclara todas las cuestiones disputadas desde e l punto de vista biológico, en una cultura que hoy nos resul– ta pre-científica sobre la animaci ón: María es La Inmaculada, preservada del pecado original "desde el primer instante de su concepción", desde el primer momento de su ser natural. El yo personal de María, la persona humana de María ha sido siempre la sin pecado. En el sentido estricto ele la palabra, In-mac ulada quiere deci r la "sin mancha", con una referencia expresa a la man– cha original, al pecado original, que es la herencia maldita de cardos y abrojos ele los primeros padres. María es la única descendiente de Adán que lleva la naturaleza pero no la culpa, la condición humana, pero no el pecado. Y ésta es la profesión del estribillo popular de "La hidalga del Valle": "E1·ta Ni11a celestial de los cielos escogida es la solo concebida sin pecado original. " 52