BCCCAP00000000000000000000337

P. CALASANZ el sentido pleno de la el proyecto de vida santa que Cristo nos impulsa a realizar. El aire fresco del «compromiso» con Dios y con nuestros hermanos ... «CREO EN LA IGLESIA» Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica. Creo en la Iglesia, que es la «prolongación» mística, espm– tual, real santificadora de Cristo. Amo a la Iglesia, «en-con» la que Cristo hasta el fin de los tiempos, en la que está «hoy» conmigo y con mis hermanos. Creo y amo a la Iglesia porque soy Iglesia. Todos somos Iglesia. Hay opm1ones para todos los gustos, que indican una deformación de base, debidas en gran parte a la ignorancia, a la falta de formación, a los prejuicios, a la marginación culpable, a la indiferencia o al odio. Son visiones empobrecedoras y, en algunos casos, caricatu– rescas. Son casi siempre parciales y, por lo mismo, in– completas. La Iglesia no es: La casa del cura: es la casa del Pueblo de Dios, es la casa de todos, el hogar familiar de los cristianos. Un edificio material donde se celebran los cultos y se reciben los Sacramentos. Una empresa de tipo espiritual, y mucho menos política, en que los curas fueran los «funcionarios» pagados por el Estado o por los fieles. Una organización «clasista» reservada al status eclesiás– tico: curas, frailes y monjas, obispos, cardenales, papas. Una organización de privilegio, algo así como un poder fáctico, aliado a los ricos y poderosos para influir en la sociedad con un liderazgo temporal. Una sociedad programada para fines benéficos, con una - 104 -

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz