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Continúa el Prefecto las diligencias para reducir al rey; concibe nuevas esperanzas de un fruto considerable y por último no consiguen nada y los prenden los veedores. 1.-Habiendo explorado el Prefecto el ánimo del rey y el de otros perso– najes que le acompañaban, y reconocido entrarían gustosos en la fe santa que les iba a predicar, pasada la primera audiencia, dió orden para que llegasen a la corte sus compañeros. En el ínterin fué preparando los ánimos para captarles la voluntad; volvió segunda vez a hablar al rey y, después de una larga sesión, le hizo un presente de cosas de Europa, que él estimó mucho. En esta segunda audiencia explicó el rey su ánimo con más vivos efectos, diciendo se alegraba sumamente de ver en su corte a los Padres : que él procuraría dar todo favor para que se hiciese la causa de Dios : que en el ínterin les señalaba cierto sitio para que se fabricase hospicio e iglesia para su residencia. Con esto concibieron grandes esperanzas de un progreso espi– ritual considerable, y mayores cuando vieron que no sólo el rey de quien, después de Dios, penden aquellas reducciones, sino también su madre y otros príncipes entraban gustosos en la materia. 2.-Concluída la segunda audiencia, les envió el rey algunas cosas de regalo, si bien de muy poca sustancia, y lo mismo su madre, en quien reconocieron buena voluntad. A esta reina y a los grandes procuraron agasajar los religiosos para tenerlos gratos, presentándole a cada uno algunas cosillas de Europa, que ellos estiman mucho. Llegaron a la corte los compañeros y la entrada en ella fué tan formidable para el infierno, que al mismo tiempo desató sus furias y les comenzó a publicar guerra sangrienta por medio de los veedores, temeroso de perder satanás la presa que tenía en aquella miserable gente. Su fin fué tirar a erradicar del todo a los misioneros y lanzarlos de aquel reino, y así, encendiendo volcanes de envidia en los corazones de los veedores, les persuadió con varias apariencias que, si dejaban volver a la presencia del rey a los religiosos, sería cierto se alzarían con su valimiento y privanza, pues

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