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24 MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA paña, en que muchos de ellos perdieron la vida, sirviendo a sus prójimos, no se pudieron juntar más de los religiosos siguientes, es a saber: el P. Fr. Tomás Gregorio de Huesca, el P. Fr. José de Jijona, el P. Fr. Eugenio de Flandes, el P. Fr. Bartolomé de Viana, el P. Fr. Felipe de Híjar y los Hermanos Fr. Gas– par de Sos y Fr. Alonso de Tolosa, religiosos legos (32). Aprestóse en Cádiz un navío grande y bien armado de holandeses para conducirlos al Benín, el cual fletó poi: su cuenta cierto capitán español que hizo el asiento con S. M. Católica para el caso. De Cádiz salieron el primer día de febrero de 1651 y desde aquí hicieron su viaje hasta las islas Canarias en compañía de otro barco que llevaba nuevos misioneros al Congo. Estos enderezaron la proa para ir a tomar puerto a Pinda, en el condado de Soño, y les sucedió lo que queda referido en su lugar. Al mismo tiempo se partieron los de Benín de Canarias siguiendo el rumbo de su navegación, con .intento de aportar a Goto, puerto que dista de la costa del Benín como diez leguas (33). 3.-En esta peregrinación padecieron estos Padres los sustos y sobresaltos que ocasionan las turbulencias del mar, pero de calidad que no les perjudicó para que cada día cumpliesen con los santos ejercicios que se acostumbran en los conventos y otros misioneros han practicado en los bajeles en semejantes ocasiones. Componíase la guarnición del navío de españoles y holandeses, éstos por su desgracia herejes : mas en medio de ser la mayor parte, nunca se atre– vieron al menor desacato, antes bien, mientras los Padres y católicos vacaban a sus ejercicios espirituales, se retiraban los herejes y aun de ordinario si no es que se ofreciese servir en algo y ayudar a los marineros; por este retiro y cautela no se puso eficacia en predicarles, como otras veces en que los mismos sucesos daban el motivo y ocasión para ello. 4.-Sin embargo de eso tuvieron la viva exhortación del buen ejemplo que es comúnmente la más eficaz para mover los ánimos obstinados, si bien por entonces hizo poca fuerza en sus corazones, aunque todo les parecía bien uniforme y religioso, y, cotejándolo con sus varios ritos, sectas y dogmas fácilmente se les ofrecía al discurso iban muy distantes de la verdad y de la enseñanza de San Pablo, el cual decía: Sollicite servate unitatem spiritus in vinculo pacis; unum corpus et unus spiritus sicut vocati estis in una spe voca– tionis vestrae. Unus Dominus, una fides, unum baptisma (34). Y en otra epís– tola: Obsecro vos, fratres, per nomen domini 1esu Christi, ut idipsum dicatis (32) Eran de las · dos provmcias de Valencia y Aragón , menos el P. Eugenio de Flandes, natural de los Países Bajos; véase lo que sobre él hemos dicho en la intro– ducción. Lo que el P. CAVAZZI o. c., dice sobre esta misión, lo recogió de boca de los PP. Bartolomé de Viana y Felipe de Híjar estando en Sevilla, en 1654 (p. 150). (33) Goto o Gwoto; puede identificarse quizá con Katte, localidad existente en las riberas del río Formoso. (34) Efe s., 4, 3, 4 y 5.
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