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6 MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA dados principales en las guerras pasadas, quiso despicarse de él, haciéndole las hostilidades que pudo en sus estados, y al fin le retó en campaña con más de quinientos hombres que la seguían. Con este destrozo desahogó la Zinga su cólera y templó el enojo concebido contra el conde, y en esta ocasión hicieron prisioneros sus soldados a los Padres Fr. Buenaventura de Corella y Fr. Fran– cisco de Veas, que se hallaban trabajando en la conversión de los naturales de aquel condado, y sucedió lo que dejamos referido en el capítulo 27 de la re– lación pasada (9). 9.-Entonces informaron a la reina de su ministerio, de las cosas de nues– tra santa fe y del engaño en que vivía siguiendo sus errores y vicios; oyólos con gusto y les ofreció poner por obra sus consejos en ocasión más oportuna. Desde allí pasó con su ejército a la conquista de un nuevo reino de gentiles, que está a la otra parte del río Zaire, y se llama de Matamba, no cesando en el ínterin de cabar sobre los consejos que la habían dado los nuestros con áni~o de ponerlos por obra con la brevedad posible, si es que llegaba a conseguir el reino que deseaba, para dejar las guerras y dar forma de vida a sus soldados, y que todos tratasen después de lo que les convenía a su salvación con sosiego y tranquilidad de ánimo. 10.-Por ahora dejaremos a la reina en la conquista del nuevo reino y pasa– remos a Angola. Aqui trató el gobernador de Loanda de la reducción del rey gentil y de su gente a la fe católica, y para este efecto escribió al Prefecto de la misión del Congo pidiéndole Capuchinos que se dedicasen a hacerles esa buena obra. Otorgóle lo que pedía y dió orden para que pasasen a Angola algunos religiosos de su obediencia. En llegando,· probaron la mano para si podían reducir al rey; mas éste estuvo tan tenaz y reacio en sus errores, que no pudieron recabar con él cosa alguna, y lo más que hizo fué permitir que los Padres bautizasen a los niños y adultos que quisiesen recibir la fe santa de Cristo · Señor nuestro. Esta permisión, aunque parece era medio para un futuro considerable y que por ventura lo fuera en otra región, a la verdad no lo es entre semejantes gentes, pues, como enseña la experiencia, por aquellas partes del Africa imitan tenacísirnamente los vasallos a los reyes, así en lo bueno como en lo.malo, y si éstos no se reducen, tampoco los vasallos, y; dado que alguno admita el santo bautismo, después se suvierte, viendo a los demás seguir las costumbres y ritos de su rey. 11.-Por esta causa y ver tan obstinada la gente en sus vicios y torpezas, se detuvieron los religiosos poco tiempo, y como el santo bautismo se ordena a extirpar los pecados y vicios, no les pareció acordado administrar este santo (9) !bid ., 246 ss.; cuanto aquí refiere el P. ANGUIANO lo narra asimismo el P. CA– VAZZI, o. c., todo a lo largo del capítulo VI, libro V, 364 ss.
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