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118 MISIONES CAPUCHINAS EN ÁFRICA P. Fr. Agustín de Ronda fué sepultado en la iglesia de Tumbá, dedicada a San Antonio de Padua; el P. Fr. Juan de Peralta, en Bisao, y otros, en otras partes. Por esta causa hubo de cargar con todo el peso de gentiles y cristianos el P. Fr. Pablo Jerónimo de Fregenal. Salió primeramente de Tumbá y se encaminó a la población de Caracuri, que pertenece al reino de los Banhunas o Bañones y es bien numerosa. Por entonces era dueño de ella cierto fidalgo, hijo mayor del rey difunto, el cual, según la aceptación común y el estilo de aquellos reinos, se tenía por cierto entraría a reinar en la primer elección o aclamación. Con esta esperanza, discurriendo los Padres precedentes sería muy importante para los progresos de la misión el que este fidalgo fuese cristiano, aplicaron todo su conato a reducirle; mas aunque trabajaron mucho en ello, no lo pudieron conseguir. Concedióle Dios la suerte de convertirle después al P. Fr. Pablo; bautizóle solemnemente y le puso por nombre Francisco, y de allí en adelante se llamó D. Francisco Berzama. Redújose entonces también toda su familia, que constaba de muchos hijos ·y esclavos, y a su imitación cuantos gentiles vivían en la población, que eran muchos. 18.-En concluyendo con estos bautismos, pasó dicho Padre a ver al rey y esforzarle en la fe, que así él como otros reyes vecinos habían recibido por mano del V. P. Fr. Serafín de León, y la habían conservado con el trabajo y asistencia del P. Fr. Agustín de Ronda. Este rey se llamaba D. Miguel Sirrizama; él y los suyos estaban con harta necesidad de doctrina, porque por falta de ella practicaban muchas cosas sin el debido orden y tenían muchas ignorancias. Administróles los sacramentos a ellos y a otros muchos, y en el resto del viaje bautizó un número cuantioso de gente de todas las edades, espe– cialmente de los gentiles; en esta ocasión bautizó también a una hermana del mismo rey, que había estado muy rebelde; púsole por nombre Ana y se llamó después D.ª Ana de Zama (117). 19.-Pasados dos años en recorrer y cultivar este reino, determinó ir a hacer la misma diligencia al imperio que llaman de los Zsapis o Sapis; pasó por el reino de Canchimpi y a su rey y vasallos confortó en la fe, .administróles los santos Sacramentos y bautizó a muchos que aún no lo estaban. Llegó después de algunos meses al imperio y visitó al emperador, que se llamaba D. Juan Buerró, a quien bautizó el santo P. Fr. Serafín de León. En esta misión tuvo mucho que trabajar el P. Fr. Pablo, especialmente en administrar el santo bautismo a innumerables personas, a cuya conmoción ayudó mucho el ejemplo de cierto alcalde, hombre de gran consecuencia en todas aquellas tierras, que se redujo a nuestra santa fe. Reconcilió asimismo en esta ocasión (117) Este rey, llamado Miguel, vivía efectivamente cuando el P. Andrés de Faro hizo por los años 1663-1664 su viaje misional por aquellos tierras (Cfr. su obra citada, p. 62 ss.).