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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 267 ción de cada uno con patente, en nombre de V.M., lo que ejecuté consi– derando las buenas consecuencias que de ello se pueden seguir, dándoles sus insignias militares y otras dádivas de su aceptación, quedando todos sujetos, y, a mi parecer, gustosos en la obediencia a V.M. y con algunos de ellos envié a solicitar los huesos del difunto obispo y de sus familia– res, como daré cuenta a V.M., cuya católica real persona guarde Dios muchos años como la cristiandad necesita. - Trinidad de la Guayana y ju– nio, 5, de 17.31. 82 Don Agustín de Arredondo (firma y rúbrica) Acta de fundación y matrícula del pueblo misional de San Francisco de Ceiva Yucuari (18 noviembre 1731). - Copia (AGI, Santo Domingo, 678). En este sitio de la Ceiva Yucuari, en dieciocho días del mes de no– viembre del año mil setecientos y treinta y uno, el M.R.P. Fr. Tomás de Santa Eugenia, Prefecto actual de las santas misiones de esta provin– cia de la Guayana, y el R.P. Fr. Antonio de Berga, predicador y misiona– rio apostólico de dicha misión, en companya del capitán D. Gregario Benito Filgueira Barcia, teniente de gobernador en esta dicha provin– cia, pasaron al referido sitio, en el que tenían los misionarios actuales con– gregadas diferentes familias de indios para formar pueblo de misión, lo que así se ejecutó, por ser sitio que goza todas las buenas cualidades que para tal efecto piden reales leyes, colocando en capilla decente la imagen de nuestro Seráfico Padre San Francisco, patrono y titular que se eligió para dicho pueblo. Y el M.R.P. Prefecto dejó al R.P. Fr. Anto– nio de Berga, predicador y misionario apostólico, para poblar y dar pas– to espiritual a dichos indios y para educarlos en la vida cristiana y polí– tica, y, matriculándolos a todos, se hallaron los indios pobladores siguien– tes ( sigue la lista de los padres con sus hi¡os, y termina así): Esta (es) la matrícula de los indios de la nueva misión de nuestro Seráfico Padre San Francisco de la Ceiva Yucuari, que se compone de 494 almas, a quienes se les exhortó a vivir obedientes al Padre misio– nario, que les quedaba, acudiendo todos los días a la enseñanza de la doc– trina, beneficio de cuerpo y alma, plática que con fervor y eficacia se les