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17. · BEATO ANGEL DE ACRIO, CAPUCHINO (1669 . 1739) Con sólo adelantar 1ue fué la característica de su vida una devoción intensísima a la Cruz del Señor, a su Pasión y a los Dolores de la Sma. Virgen, ya suponemos en él una santidad eminente y extraordinaria. Nació nuestro Beato e~ 16 de octubre de 1669, en Acrio, pue– blo de la Calabria, de familia humilde; su padre era panadero; en el bautismo se le impuso el nombre de Locas Antonio, que le fué cambiado por el de Angel, al vestir el hábito de novi– cio Capuchino. Gustaba mucho de recordar su origen que lo acercaba al pueblo del cual presentía tal vez, había de ser su apóstol. Muy niño, ya daba muestras nada dudosas de santidad. Había colocado a la c!lbecera de su cama un cuadro de. la Virgen Sma.; ante ella pasaba largas horas rezándola, ha– blándola como si la viera cual está en los cielos. No tenía más que cinco años, y su madre vió un día una aureola luminosa en den'edor de su frente. Otro día .lo vió arrodillado ante la imagen con las rodi– llas desnudas, bajo las cuales había colocado granos de trigo, para ofrecer a la Sma. Virgen esa dolorosa martificación. Del <:uadro salía un resplandor admirable, que lo envolvía todo, y lo hacía aparecer como:) un ángel del cielo. A los dieciocho añ-:is pidió y obtuvo su admisión en la Orden Capuchina; pero el tentador, presintiendo sin duda lo que llegaría a ser en ella, no cesó en sus acometidas hasta que consiguió hacerle volver al siglo. Arrepentido de su de– fección, volvió otra vez a ella, y por segunda vez volvió a dejar el hábito. Por fin descubierto el engaño de Satanás, acude con fervientes n:egos a la Sma. Virgen y resuelto a vencer o morir en la lu::ha, viste por tercera vez el hábito de novicio; y la tercera ve~ fué la vencida; recµrriendo a la me– moria de la Pasión en las embestidas del , enemigo, salió por fin victorioso. De lleno ya en la vida religiosa, se entregó a toda clase de mortificaciones no tantc para domar la carne ya enteramente - 67 -