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-100- sentir en todas partes, tanto en el orden religioso, co– mo en el orden social. Ciertamente que no tenemos nosotros los misione– ros toda la culpa, si nuestras revistas no son lo sufi– cientemente conocidas y apreciadas y si se da el caso, aún en el mismo clero, de conocer mejor las hazañas de César y de Napoleón, que los hechos asombrosos y es– tupendas correrías de un Juan de Monte-Corvino, de un Ricci o de un Masaia. Gracias a Dios estamos asís. tiendo en este punto a lln verdadero despertar de la conciencia cristiana, y toca hoy a los aspirantes a mi– sioneros rectificar el pasado con una seria educación científico-literaria más metódica y más profunda. 4. 0 Razón fisiológica.-Hay además una razón de carácter fisiológico, que aconseja no expatriarse sino en una edad relativamente madura, y es, la mayor adaptabilidad que entonces posee el organismo, frente a las condiciones climatológicas de los países de mi– sión. Claro que en estas como en todas las cosas, hay sus excepciones, existiendo grandes diferencias de unos a otros, pero no por eso deja de ser un fenómeno y ley general. ¿Quién ignora que t xisten climas, unos más enervantes que otros, como son casi todos los de Orien– te y que los hay sujetos a cambios bruscos de tempera– tura, de vientos, de humedad, etc? Y ¿quién no sabe que el organismo necesita haber adquirido cierto grado de resistencia fisiológica para adaptarse al nuevo am– biente en que ha de funcionar? Afirman los fisiólogos