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-93- tólico y algunas de ellas, como la slava y fa del Ton– kín, le deben hasta su misma existencia. Esto debe ani– marte, oh aspirante de edad madura, que dices tener ta memoria ya débil y casi perdida. Cierto que no po– drás ponerte al nivel de la mayor parte de'los jóvenes, ni llegarás tal vez a ser un perfecto lingüista, pero sí hacerte comprender de todos y esto te basta. Tal vez repliques que es muy duro empezar a estu– diar a los 40 años. Tienes razón, pero muchos santos lo han hecho antes que tú, impulsados por el celo de la salvación de las almas. Si tienes también tú ese mismo celo, vencerás la vergüenza y la repugnancia inevita– bles de nuestro amor propio y nuestra naturaleza. Re– pítete con frecuencia, mi querido hermano: ~«Charitas Christi urget nos» y sobre el ara del amor de Dios y de las almas sacrifica todos los vanos temores, que qui– sieran impedirte el seguir la voz del Divino Maestro, que te 11ama a la gracia extraordinaria del apostolado. CAPITULO XI Sobre ia edad más conveniente para ir a misiones 1. 0 ¿Misioneros jóvenes o de edad?-2. 0 Necesidad de una buena formación.-3. 0 ¿Por qué es tan pobre nuestra literatura misional?-4. 0 Razón fisiológica.-5."º Conclusiones prácticas de la cuestión. 1. 0 c•Misioneros jóvenes o de edad?-AI ha– blar en el capítulo anterior de la edad del misionero no
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