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-81- « ¡Señor! Si vos queréis de mí, que os haga el sa– crificio aún de mis más grandes ideales, de mi modo de buscar el bien, de los sueños de mi infancia y de mi juventud; si vos queréis que, aún después de haber abandonado todo, me condene a una existencia vulgar y obscura y a ocupaciones humildes y desabridas; si queréis que yo ocupe en vuestra Iglesia un lugar ab• yecto y despreciado... estoy pronto, Señor, a haceros también este sacrificio. «Eligo abjectus esse in domo Dei mei.» (Aubry.) CAPITULO IX El tercer escrúpulo del misionero. La salud. 1. ° Concepto exagerado respecto a la salud.-2. 0 Las condiciones higiénicas de las misiones han mejorado mucho,-3. 0 Las misiones (j°sanato– rios infalibles?-4. 0 Nuestros médicos y nues– tras religiosas enfermeras. 1. ° Concepto exagerado respecto a la salud. -Al tratar argumento tan importante, como discutido, cual es el de la salud, que se requiere en un aspirante a misionero a fin de que pueda declarársele idóneo para la carrera apostólica, no pretendo invadir en lo más mí– nimo el terreno de la medicina. Hablo solamente como misionero, y como tal afirmo con la mayor parte de los 6
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