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-228- ataca un poco el reuma, se espantan, se abaten y po– nen en movimiento a todo el vecindario. Por eso, mi que– rido hermano, ten más calma y más prudencia. El cora– ge y las arremetidas consérvalas, como armas de oca– sión, para cuando las circunstancias te obliguen a ser valiente y fuerte. Para la vida ordinaria bastan energías ordinarias y vale más caminar poco a poco, pero sin de– tenerse, que hacer al principio correrfas estupendas y quedarse después en reparación sobre la cama de algún hospital durante semanas y meses. 4. º Segando consejo: no seas demasiado pre– cipítado.-No conozco bien del todo el modo como se acostumbra a vivir en las misiones de fuera de China; pero por cosas que me han contado y libros que he lei– do, creo estar en disposición de afirmar, que en todas partes los pueblos bárbaros y semicivilizados descono– cen el valor del tiempo y les repugna cuando se ven forzados a abandonar su modo de ser lento y perezoso. Diríase qne su lema es, hacer el menor esfuerzo posi– ble en el mayor tiempo posible. Nosotros somos todo lo contrario. Queremos correr, volar y la noche que pre• cede a nuestra partida gastamos media caja de fósforos para mirar al reloj, pensando siempre que se nos ha pasado la hora. ¡Error grande! « Vanam est vobis an– te lacem surgere», a no ser que sea para hacer un po– co de meditación o una preparación algo más prolija an– tes de decir la Santa Misa. Resígnate a partir cuando esté lista la caravana, pues si pretendes dar prisa y sa-