BCCCAP00000000000000000000185

-227- Si está en tu mano no emprendas viajes durante las horas calurosas del día ni cuando el frío es demasia– do intenso, pero si te ves obligado a hacerlo, toma las precauciones, que se acostumbran en el lugar. No te creas más sabio, ni más experimentado, ;ni más fuerte que los otros. Yo creo que no es inverosímil qu~ el Di– vino Maestro usara de todos los medios ordinarios, que humanamente tenía a su disposición, para no agravar sin necesidad en sí_ y en sus discípulos los peligros y fatigas de sus continuos viajes. A nosotros, sobre todo al principio, nos es permitido todavía algo más. La víspera de partir debes hacer una lista de las cosas más indispensables, que piensas llevar contigo. El más o el menos depende aquí naturalmente del tiem– po que haya de durar la excursión y del lugar a donde te dirijas. De todos modos, además del breviario, altar portátil, lista de pueblos y personas, que piensas visi– tar y algún libro devoto, lleva también papel, pluma, algún periódico o revista, ropa de uso particulár, víve– res y medicinas más comunes y urgentes. Puedes en– contrarte en tales circunstancias, que sin un poco de lectura, se te harían las horas interminables y si no tu– vieras algunos alimentos y medicinas de primera nece– sidad, en países donde ordinariamente faltan los buenos médicos y las buenas medicinas y hasta los alimentos adecuados, tal vez tendrías que sufrir mucho, interrum– pir tus giras apostólicas y gastar, más de lo que hubie– ras debido, en viajes y consultas. No te olvides que hay individuos que cuando es– tán sanos y fuertes parecen desafiar todos los peligros del mundo, y apenas tienen dos décimas de fiebre o les

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz