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-210- ciertos actos de respeto que estaban acostumbrados a hacer al misionero; aquellos aflojaron las riendas de la vigilancia y disciplina; pero todos comprendieron bien pronto a costa suya, la sabiduría, que encerraban las costumbres y estatutos que establecieron los viejos mi– sioneros y que ellos pretendieron modificar con tanta ligereza por su parte. La experiencia de las cosas no es cuestión de un día, ni cuestión de libros; es resultado de muchos años de observación y estudio. No sin razón aconseja la Sagrada Congregación, sobre todo a los principiantes constituidos en autoridad, que no-cambien nada de lo que encuentren establecido, sino después de una permanencia de diez años en el país de las mi– siones. 5.. "º· ¿ Es bueno o 1nqlQ .introducir una nueva práctica de devoción?-Si está bien o está mal en un misionero novel introducir en su misión nuevas prácti– cas de piedad, yo no me atrevo a afirmarlo ni a negar– lo. Sin embargo, para no comprometer desde el princi– cipio el buen éxito de la misiónn, le aconsejaría que no lo hiciese o al menos que esperase hasta que haya ex– plicado y hecho comprender a sus cristianos la conve– niencia y utilidad de introducirlas. Entre tanto practi– que en particular sus devociones favoritas y de este modo no será dificil después inducir a los fieles a que hagan ellos también lo que han visto hacer con tanto fervor y exactitud a su misionero.

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