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-205- Uege conviene que vayamos por el camino de la mayo– ría, que es el más seguro. El Divino Maestro al aparecer en el mundo encon– tró muchas cosas mal hechas y tradiciones falsificadas, y sin embargo permaneció callado y vivió al parecer como los demás, hasta que no llegó el momento deter– minado en los decretos divinos de presentarse a la vi– da pública y aun entonces no cambió sino lo que ofendía al honor de su Padre, dejando todo lo demás como es– taba. 2. 0 Uno de los defectos más comunes en los ióvenes misioneros.-Sin embargo uno de los defectos más comunes de los misioneros jóvenes, efecto a la vez de su entusiasmo virgen y de su inexperiencia absoluta, es la fiebre, la tendencia a cambiarloJodo. El misionero que llega de países cristianos, todo lo encuentra mal, imperfecto, desacertado y trae consigo una gran dosis de energías juveniles. Por eso apenas pone el pie en su pequeño reino, despliega al viento la bandera entre cu– yos plieges ha escrito su programa de acción: «Rece– dant vetera, nova sint omnia» y a los pocos días em– pieza ya a cambiar, a criticar, a deshacer, mostrando al exterior, con aire de suficiencia, el descontento que todo le produce.» ¿Porqué hacen esto así?-exclama contí– nuamente.-¿«Para qué estotro?» «En nuestra tierra no se hace de este modo.» Y entra de cabeza en el camino de las innovaciones y reformas. Aquel catequista no es competente; aquel otro es-

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