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-193- tos nos dejaron ejemplos de familiaridad con ellas. Todos los Vicariatos de Misiones tienen sobre este punto leyes severísimas y tú debes empezar a obser– varlas desde el momento en que llegues a la misión. Claro es, que semejantes precauciones nos parecen ca– sLsiempre excesivas y nos sentimos inclinados _a miti– garlas en provecho propio, pero es un error grandísimo. Con las mujeres, ordena secamente, corrige con pocas palabras, excita su celo con las menos posibles. En el confesonario sé padre, guía, maestro, consejero, todo lo que se necesite, pero fuera del confesonario haz de la seriedad tu virtud predilecta con ellas. Con los criados puede permitirse, si así Jo merecen, una prueba de mayor afecto, un regalo, una palabra cariñosa; con las mujeres, nunca. Si hay alguna o algunas más celo– sas del bien de la misié.11 y por tanto más beneméritas, habla de ello a tus superiores, que ellos sabrán recom– pensarlas convenientemente como se.lo merecen. 5. 0 Lleva a tus familiares a jesús.-Mas de– jando a un lado esto, si amas de verdad a tus familia– res, hazte su guía para llevarlos a Jesús. Acostúmbra– los a la comunión frecuente, a la visita de Jesús Sacra– mentado. Nunca serán demasiadas las astucias, que em– plees para aficionarlos a este pan de vida que transfor– ma las almas y purifica los corazones. Si lo consigues, irán poco a poco, sin darse cuenta, adquiriendo moda– les más compuestos; se debilitarán sus malos instintos, desaparecerán las antiguas costumbres y no se oirán ya 13
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