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porque precisamente en vuestra misma pequeñez y humildad estriba vuestra futura grandeza. ¿Qué cosa más pequeña que la nuez encerrada eri el seno de la tierra? Pues de esa semilla hace Dios brotar el tallo que se convierte pronto en arbolito, y luego en corpulento nogal que sirve de gala al campo, de recreo y descanso á las aves del aire que en él cuelgan sus nidos. Pues así de nosotros, pequeña semilla, puede Dios hacer brotar, un árbol que sea or­ nato del campo seráfico, y que venga con el tiempo á llenar el lugar que ocuparon las an­ tiguas y florecientes Provincias capuchinas de Valencia y Andalucía. Cuando llegue pues, esc deseado día de la división, crezcan enhorabuena los religiosos valencianos eri número, en virtud y en santidad; multipliqúense como las estrellas del cielo y las arenas de! mar; imiten las virtudes de sus antiguos PP. y sigan las huellas gloriosas de los VV. Ignacio de Monzón, Gregorio de Ibi, Vital de Alcira, Pablo de Orihuela y Juan de Va­ lencia; que en Andalucía procuraremos seguir ¡as huellas gloriosísimas del ínclito Fr. Diego de Cádiz, recientemente beatificado por SS. León XIII: de los VV. PP. Francisco, Isidoro, Felicia­ no y Salvador de Sevilla; de aquellos sabios y humildes religiosos (.pie, como Fr. Rafael de Velez, Arzobispo de Santiago; Fr. Manuel de Sanlucar, auxiliar de Compostela; Fr. Domingo de Beneocáz, Obispo de Ceuta; Fr. Pablo de Málaga, Obispo de Puerto Rico; y Fr. Félix de Arria­ te, Obispo de Cádiz, fueron ornamento y gloria de !a Orden Capuchina y de la Iglesia española. Sigan ellos allá la senda trazada por sus mayores, que aquí nosotros procuraremos seguir el cami­ no que nos trazaron con su vida Apostólica el preclarísimo gaditano llamado por antonomasia, Apostol de Andalucía, y aquella ilustre pléyade de Stos. misioneros, que como Severo de Lucena, Manuel de Jaén, Gerónimo de Cabra, Agustín de Granada, Francisco de Jerez, Juan de Anteque­ ra, Buenaventura de Hardales, Beriicio del Puerto, Francisco de Córdoba, Pablo de Málaga y Es­ teban de Adoain llenaron la Bética toda' con los frutos de su predicación y la santidad de su vida apostólica. Sí; aquí procuraremos emular la virtud y el celo de aquellos antiguos PP. que, cuando no podían predicar con la palabra, predicaban con la pluma, escribiendo obras tan apreciables como la Apología del Altar y del trono, La mejor Pastora.... La nueva Josefina, E l misionero per­ fectoy IA Pastora coronada , E l Capuchino santificado, E l perfecto religioso , Remedio de pecadores , y otros mil libros provechosos que pudiéramos mencionar. Animémonos pues, PP. y HH. carísimos, á emular las glorias y virtudes de nuestros ante­ pasados, sirviendo á Dios en santidad y justicia todos los días de nuestra vida. Separémonos con paz y caridad como I i .03 en Cristo y en S. Francisco Nuestro Padre, no teniendo otra aspiración que la de la-gloria divina, la salvación de las almas, nuestra propia santificación, y el aumento, prosperidad y esplendor de nuestra seráfica Madre la religión Capuchina; que si lo hacemos de este modo, en los trabajos y penas abundaran los consuelos del Señor, y todo lo podremos en Aquel que nos conforta) como el Apostol dice. Ayudados con su gracia se nos hará fácil el ca­ mino déla santidad, que es camino de Cruz, lleno de abrojos.y espinas; con ella, nos vencere­ mos á nosotros mismos, negaremos nuestra propia voluntad, nos abrazaremos con la cruz de !a perfecta v i d a religiosa, y seguiremos á Cristo con alegría y simplicidad de. corazón, despreciando estas cosas visibles y perecederas para aspirar sólo á las celestiales y eternas.. ■ mo-enc. nuestras sagradas Constituciones. Y con esto nos despedimos de vosotros, PP. y lili, queridísimos. Si or pin 'Vagüiu: ! n*' hemos sabido cumplir con perfección el cargo para que nos elegisteis; si nu ,i.u>os acertado á uo- nar vuestros deseos en todo, ha sido por insuficiencia, pero nnnra por mala v.'lun ' v torcidas intenciones, que de esto nos ha librado el Señor por su infinita misericordia. Esto nu obstante, de todos los yerros cometidos en el desempeño de nuestro cargo, aun de las omisiones y defectos que

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