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1 2 S u p e rio ra s G en e ra le s y Lo ca les, de tal modo que la Santa Sede condenaría y reproba­ ría a cualquier Prelado Capuchino que se arrogase de derecho o de hecho la dirección y gobierno de religiosas de votos simples por más que sean terciarias. El derecho ca­ nónico es en esto rigurosísimo y no quisiéramos llegase jamás una queja a la S. Sede pues no se podría defender a los Prelados que hiciesen lo que no deben ni pueden en el gobierno de religiosas de votos simples por estar de jure totalmente sometidas a los Ordinarios y a sus Madres Superioras. El ser Terciarias no les pone bajo la I a Orden, pues son miembros de congregaciones religiosas y no terceras seculares; lo más que puede el Prelado de la Orden en su territorio es protejerlas y paternalmente dirigirlas si ellas lo piden, pero sin autoridad ni derecho de verdadero Superior. Le bendecimos de corazón a V. P. y a toda su Comunidad. Afmo. P. y s. en Xto. Fr. Bruno de Vinay Proc. y Com. Gen. Cap. (Aunque firmada por el Procurador General, esta carta está escrita de puño y letra del P. J. Calasanz de Llevaneras) Es copia fiel del original que vi y se conserva en el archivo conventual de capu­ chinos de Sanlúcar de Barrameda. A 12 de octubre de 1 96 8 . Fr. Emilio de Sollana. * * * * [CARTA DEL MINISTRO GENERAL A LOS MINISTROS PROVINCIALES DE TOLEDO Y ARAGON SOBRE EL ENVIO DE MISIONEROS (23 agosto 1890] [APCV 0 3 0 / 3 / d ; 0 3 3 0 / 3 ] Roma, 23 agosto 189 0 . M. R. P. Provincial de Toledo, (y de Aragón para ahorrar tiempo). Carísimo M. R. P. Provincial: Mucho le agradecemos sus felicitaciones y vues­ tras comunes oraciones en ocasión de nuestros días. El Señor les llene de bendiciones a todos, al Provincial y a sus súbditos. Hemos sentido mucho el fallecimiento del P. Buenaventura, y m uy de corazón encomendamos su alma al Señor. No es raro en las grandes empresas sufrir tales aflic­ ciones para que sea probada la confianza de todos y sea patente que Dios es el que lo hace casi todo en la fundación de las Provincias. V. P. lamenta tal pérdida con razón, y Castilla lamentó la de un óptimo predicador, y Aragón, si bien no lamenta la pérdida de otro que de un venerando anciano, operario intrépido hasta hace no mucho tiempo, tiene el sentimiento de ver inútil para todo trabajo al P. Cáseda, principal Lector de la Provincia, quien poco ha estuvo a la muerte y por orden de los médicos no puede más ocuparse en estudios. Pero el Señor proveerá y multiplicará los esfuerzos: es menester pensar y obrar en esto con los ojos de la fe y los pensamientos de orden

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