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104 LA ANTIGUA PROVINCIA CAPUCHINA DE NAVARRA Y CANTABRIA fue sino por no haberles hecho justicia en la pretensión de los Custo­ d ios, com o consta de las cartas que los Padres franceses escribieron a los Padres españoles» 2. L o ocu rrido fue que los V oca les de las och o P rovin cias francesas habían resuelto, por unanim idad, no ir a este C a p ítu lo ; pero, c om o el negarse a obedecer las letras convocatorias era exponerse a censuras, uno de aquellos Padres, el P. L eona rdo de París, supo persuadir al R ey que proh ibiese a todos los capuchinos franceses el a cceso a aquella asamblea general, y hasta dar hospitalidad a los capu ch inos extranjeros que intentasen cruzar el reino para d iri­ girse a Roma. Las restantes P rovin cias enviaron sus representantes al Capítulo. De España con cu rrieron los sigu ien tes: P or Cataluña, el P rovin cia l P. Jerónimo de Sarria, y los PP . P ab lo de Sarriá y Esteban de Lérida, Custodios. P or V a len cia , el P rovin cia l fray P ab lo de V a len cia , y dos Custodios. P or A ragón , el P rovin cial P. Luis de Zaragoza , con dos Custodios. Por Castilla, los Padres Cristóbal de Morentin, A le jan d ro de V a ­ lencia y Serafín de León, P rovin cial y Custodios, respectivamente. La Custodia de A nda lu cía envió un Custodio, el P. A gustín de Granada. 2. T res días antes de inaugurarse las sesiones capitulares — 25 de mayo— , los Padres C ipriano de Amberes, Luis de Za ragoza , Benito de L ieja y A lejan d ro de V a len cia , fueron juntos a hablar al Cardenal P rotector para protestar cóm o ellos no querían con cu rrir a las e le ccio ­ nes, com o lo habían hecho los franceses, a menos que no se estableciera la igualdad de votos, según lo tenían ped ido en todos los capítulos anteriores. A l ver rechazada su protesta, rogaron al Cardenal les per­ m itiera a ellos y demás ultramontanos retirarse y no com parecer más en el cap ítu lo. E l Sr. Protector, viendo aquella d isposición , los rem itió al Sumo Pontífice. «En vista de eso (los expresados Padres) fueron a verse con el Embajador de España, por m edio del cual h icieron llegar al Pontífice los deseos de que los capu chinos de sus estados, siendo tan religiosos y dignos com o los demás, tuviesen igual derecho para el número de Custodios. Se le respondió que aquel m ism o día Su Santidad había nombrado cuatro Cardenales para entender en el n egocio de la igualdad de las voces» 3. 2. Actas capitulares, I, 53 r. 3. P. Murcia, en su Memorial de 1643, que luego veremos ; se inserta en Erario, fol. 93.

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